Rusia y China se embarcan en el control tecnológico y estratégico del mar
El bosquejo de un nuevo orden
El control de los mares es el tic que las grandes potencias han venido practicando desde tiempo atrás para afianzarse como centros de poder, con un rol clave en la conectividad. Una apuesta marítima con una arquitectura calibrada en infraestructuras comerciales, diplomacia empresarial, tecnología naval y explotación de los recursos de la zona. Todo ello supone entender la preeminencia que tienen las redes mundiales marítimas en la cadena de suministros y cómo se está tejiendo un nuevo orden. Así Fernando Cortiñas, profesor del IE Business School, establece que «todo es parte del mismo juego por el liderazgo por la hegemonía. Hay un supuesto que dice que no se puede ser un líder mundial si uno no tiene el control de los mares».
Como afirma la OCDE el 90% de los bienes que se comercializan en el mundo viajan por mar, especialmente en el caso de los alimentos y la energía, y no hay que olvidar la importancia de la integridad de los gasoductos y los cables submarinos. El atasco durante seis días del Canal de Suez en 2021 por el buque portacontenedores de Ever Given ilustró una amenaza marítima pasada por alto, llegó a reconocer Elaine Luria, vicepresidenta de los Servicios Armados de la Cámara de Representantes. Esto hizo recordar a los expertos cuando en 2014 Rusia hundió barcos obsoletos para bloquear naves ucranianas en un puerto de Crimea. Y es que la mayor parte del comercio mundial atraviesa uno de los siete ‘cuellos de botella’ del transporte marítimo, ‘chokepoint’ en inglés. Son los ca
Estrechos daneses
Países Bajos
Kronshtadt
San Petersburgo
Kaliningrado
Polonia Hamburgo
Alemania
Francia
Valencia nales usados en las rutas oceánicas mundiales. El almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur de EE. UU., llegó a advertir sobre la inversión china en decenas de puertos. «Y en el Ártico, Rusia quiere hacer lo mismo que China está haciendo en el Mar Meridional al ejercer control sobre el tráfico en la Ruta del Mar del Norte», dijo Luria. De hecho durante el suceso de Ever Given, los funcionarios rusos promocionaron esta ruta sobre el Canal de Suez.
Y los expertos estadounidenses señalaron que las inversiones chinas en infraestructuras, sobre todo en puertos, tienen el objetivo de desarrollar capacidades de uso dual, que respaldarían futuras operaciones militares. «Literalmente, tenemos a los chinos y los rusos que esencialmente quieren crear nuevos ‘chokepoints’, y no solo eso, sino que los chinos se han posicionado en una variedad de formas en cada uno de los principales cuellos de botella del mundo», agregó Luria. Lo
Roma
Mar de Barents Gadzhiyevo Polyarny
Severomorsk
Gremikha Severodvinsk
Moscú
Mar de Kara
Drovyanov
Uniendo ambición comercial y militar, las dos potencias extienden una red de influencia en torno a los ‘puntos calientes’ de la navegación global, los ‘chokepoints’
(2,59 metros)
33
(*) TEU: (2,43 m)
Actualmente el tráfico anual de contenedores en el mundo está casi en los
de contenedores Pero esta cifra sigue siendo insuficiente para hacer frente a la demanda
50 millones
(6.09 m)
metros cúbicos de capacidad y un peso máximo de 21.600 kg
En mayo de 2022, la cifra de portacontenedores activos en el mundo ascendía a buques , con una capacidad total de la flota de TEU *
6.361
Freeport
25.595.043
que las compañías chinas dominan cien puertos en sesenta países, y la idea de fondo es no depender de otros.
Los puertos son también el punto de entrada de la tecnología punta china. Un estudio de MarketsandMarkets establece que el volumen de negocio de los puertos automatizados aumentará hasta los 10.890 millones en 2023. Y una muestra de la máxima automatización la tiene China en el puerto de Qingdao, totalmente manejada por robots, big data e IA, aumentando en un 30% la productividad, y siendo capaz de generar planes de trabajo automáticos para cada buque. Además de los puertos y bases, el gigante asiático para extender su soberanía se sirve de la creación de islas artificiales y del uso de barcos civiles para aumentar su presencia naval. El truco consiste en que China puede usar embarcaciones civiles, pero que tienen instrucciones estatales para
AMBICIÓN