Material de futuro
Compromiso y potencial
contienen es a través de la pirolisis, que es un calentamiento en ausencia de oxígeno en el que se descompone la parte plástica y las fibras quedan liberadas para su reutilización», explica el investigador. «Así como las fibras sí se recuperan, es muy difícil poder valorizar la parte plástica, que se descompone en gases y vapores de escasa utilización», añade. El método patentado consiste en un tratamiento que se aplica a esos gases y vapores para poder generar sustancias de interés que posteriormente se recogen en fase líquida y fase gaseosa. Si bien existe interés por parte de las empresas en este método, recibiendo periódicamente consultas al respecto, «a día de hoy la patente no está licenciada a ninguna de ellas», aclara López. En su opinión, falta todavía «eliminar las incertidumbres de mercado para que se estimulen las inversiones. A través de la definición de estándares de fibra reciclada, por ejemplo».
Gaiker participa en el proyecto europeo Recreate que busca nuevas tecnologías para el reciclaje de materiales compuestos complejos, como la fibra de carbono. «Se abrirán diferentes vías de investigación enfocadas tanto al reciclado, reutilización/refabricación y reparación de los mismos como en el diseño de una nueva generación de composites reciclables», indica Lorena Germán, investigadora responsable del proyecto en Gaiker. Este centro tecnológico lleva más de 10 años trabajando en este área y participa en diversos proyectos. Tal y como resalta Koldo Gondra, «existe una gran oportunidad para la fibra de carbono reciclada en el sector de transporte ya que los materiales compuestos de carbono son los que permiten obtener una mayor reducción en el peso del vehículo y en consecuencia reducir el consumo de combustible y de las emisiones de CO2, además el impacto en huella de carbono de la obtención de la fibra carbono mediante reciclado está por debajo del 15% de la huella de carbono que se genera en la producción de la fibra virgen».
En Itainnova, por su parte, están trabajando en dos direcciones principales. Una de ellas, «en técnicas en las que se evita la separación de la fibra de
60%
de los desechos de materiales compuestos terminan en el vertedero y el Plan de Economía Circular de la UE quiere reducirlo en, al menos, un 10%
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millones de dólares fue el valor del mercado mundial de fibra de carbono en 2021, según el informe de Mordor Intelligence la matriz y se intenta incorporar los desechos en nuevos procesos en los estos se combinan con otros polímeros», explica Agustin Chiminelli. La segunda, «está centrada en intentar trabajar en una instancia que se valora previamente al reciclado: el reuso». Forman parte de los proyectos europeos Levis (automoción, vehículo eléctrico), Carbo4Power (generadores eólicos o marinos) y Eurecomp (generadores eólicos, aeronáutica). Chiminelli recuerda que aproximadamente un 60 % de los desechos de materiales compuestos terminan en el vertedero y el objetivo que ha definido Europa en el Plan de Economía Circular en este sentido es intentar reducirlo al menos en un 10% en los próximos años. «En el caso de la fibra de carbono, que es un refuerzo de alto valor y prestaciones, el potencial de reciclado es mayor, y con los desarrollos actualmente en marcha es de esperarse que se consigan altos porcentajes de reúso, reciclado y recuperación en el medio plazo», afirma Chiminello.
Patente mundial
También en el sector privado van apareciendo empresas que apuestan por el reciclado de materiales compuestos. Es el caso de Reciclalia, fundada en 2011 por Alfonso Bernabé. Durante los primeros cuatro años la actividad de la empresa estuvo centrada en la parte científica, en la investigación, hasta que se crearon dos patentes internacionales: Constrictor, equipo móvil para el troceado automático de grandes elementos fabricados con composites, como palas de aerogeneradores o piezas aeronáuticas; y CRS, reactor diseñado para el reciclado de materiales compuestos con el que se elimina el 100% de la resina y con el que se obtiene fibra de vidrio o de carbono totalmente limpia y con una mínima pérdida de propiedades mecánicas respecto a los materiales nuevos. «Nuestra tecnología, única en el mundo, destaca porque eliminamos el 100% de la resina y el carbono se puede volver a utilizar», explica el fundador y CEO de la firma. «La resina la convertimos en aceite que tiene muy buena aplicación en la industria petrolera», añade. Aclara que utilizan un tratamiento tecnico, «no es pirólisis», a una temperatura perfectamente controlada.
Están aplicando su tecnología en el reciclaje de las palas de los aerogeneradores pero ya han hecho pruebas con el fuselaje de los aviones «y los resultados son inmejorables», resalta el CEO. Con dicha tecnología resuelven el problema de reciclar este material que tienen las empresas, reducen considerablemente la huella de CO2 «e indudablemente nos permite poner en el mercado productos de altísima calidad», puntualiza Bernabé.