La falta de conocimiento de la tecnología y la escasez de talento frenan el cambio
pone para una compañía. Con realidad virtual, los gemelos digitales simularán situaciones, desde cómo y dónde mover o instalar una pequeña pieza hasta reorganizar de la forma más óptima una factoría entera. Y con la impresión en 3D y la fabricación aditiva se podrán diseñar prototipos e incluso pequeñas tiradas de producción muy personalizadas.
Todas ellas «son tecnologías habilitadoras de la industria 4.0, donde la esencia es poder explotar toda información asociada a un objeto o proceso productivo, enriquecida con información externa. Esto permite procesos de producción más eficientes, optimizar recursos, predecir la demanda y generar nuevos modelos de negocio. Se trata de sistemas ciberfísicos explotando el poder de los datos», explica
Juan Miguel Poyatos, director académico del Máster en Industria 4.0 de la Escuela de Organización Industrial (EOI).
Aunque pueda abrumar todo este desarrollo tecnológico, no queda otro camino que afrontarlo, porque es una cuestión de supervivencia. «No hay elección, ya es incuestionable. Si las empresas no incorporan los paradigmas de la industria 4.0 no habrá competitividad posible», sentencia David Sánchez. «Aporta la supervivencia. Es un proceso que no es posible no estar porque si no se lleva a cabo las empresas no podrán competir en costes, eficiencia... Y si una industria no es competitiva, desaparece», considera Pedro Mier, presidente de Ametic, la patronal del sector de la industria tecnológica digital. En esa misma línea se pronuncian todos los expertos consultados por ABC.
Se ha calculado el impacto que la producción inteligente puede tener en la cuenta de resultados. En el World Economic Forum 2022 se estimó que podría aumentar la fabricación de bienes entre un 5 y 15%. La consultora Mckinsey observa reducciones del 30 al 50% en el tiempo de inactividad de las máquinas, aumentos del 10 al 30% en la producción y del 15 al 30% en la productividad laboral.
El Ministerio de Industria también tiene sus previsiones. «En los próximos cinco años, las empresas industriales prevén, de media, aumentar sus ingresos un 11,1% y reducir sus costes en un 19,4%, como consecuencia directa de la digitalización», estima Jordi Llinares. En lo que más invierten nuestras empresas industriales es en «tecnologías predictivas para el mantenimiento de los activos y productos y en la implantación de los sistema digitales MED para controlar y monitorizar los procesos de fabricación. Por otro lado, Internet de las Cosas va a tener una gran proyección en los próximos años», matiza Llinares.
Las pymes, en el foco
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