La economía europea encalla en unos ríos golpeados por la sequía y la contaminación
La emergencia climática obliga a replantear el modelo de gestión de un aliado esencial para mumerosos sectores Situación límite
España ha iniciado el otoño con los embalses más vacíos en lo que va de siglo. Esta semana, la reserva hídrica se situaba al 31,7% de su capacidad total. Con una dureza sin precedentes, la ola de calor y la sequía que ha sufrido Europa durante este verano ha llevado al límite a muchos de sus ríos. Sus bajos caudales han comprometido el transporte de mercancías, el suministro de combustible, la refrigeración de nucleares, la producción de electricidad, el turismo fluvial o la rentabilidad de muchos cultivos.
En el Danubio, con solo 40 centímetros de agua, los barcos de mercancías tuvieron que esperar y cruzarlo por turnos, el mismo panorama se vivía en en el Rin. Muchas de las centrales nucleares francesas fueron al ralentí para que sus vertidos de agua caliente a los ríos no superaran el umbral de seguridad medioambiental. Noruega redujo las exportaciones de energía hidroeléctrica debido a los bajos niveles de los embalses; en Italia la sequía ha amenazado cosechas, desde el aceite hasta su arroz de risotto... Golpes a la economía europea que encallan en un panorama de crisis energética, alta inflación e interrupciones en la cadena de suministro.
La situación a futuro no parece que vaya a ser mejor: las altas temperaturas provocadas por el cambio climático están reduciendo los glaciares alpinos europeos. Ello comprometerá el caudal de ríos como el Ródano, el Rin, el Danubio o el Po, situados a cientos de kiló
Arriba una vista del embalse de Rialb (Lérida), que a finales de agosto se situaba por debajo del 8% de su capacidad máxima, lo que obligó a paralizar su central hidroeléctrica. Abajo, barcos encallados en la orilla del río Doubs, en la frontera entre Francia y Suiza. A la derecha, el lecho parcialmente seco del río Rin a su paso por Bingen
sitios prioritarios para intervenir. Se podrá facilitar por ejemplo el acceso a los centros de recogida de residuos desarrollando campañas contra los vertidos ilegales, o rehabilitado los contenedores de residuos contra el viento, etc» precisa Xavier Curto Zafra Responsable incidencia política de Surfrider España.
Basuraleza
En España, el proyecto LIBERA, de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes, lleva años luchando contra la basura abandonada en la naturaleza. En su sexta edición ‘1m2 por las playas y los mares’, realizada hace un mes, caracterizaron más de 46.000 residuos. Colillas, piezas de plástico de menos de 2,5 cm y las toallitas húmedas fueron algunos de los residuos más encontrados a través de la aplicación móvil Marbona, desarrollada por la Asociación Vertidos Cero y KAI Marine Services.
«Los mares vomitan a las costas residuos que han sido abandonados en cualquier región del planeta. No podemos seguir vertiendo 11 millones de toneladas de plástico cada año. Ningún ecosistema tiene una capacidad infinita de asimilación de contaminantes sin colapsar», señala Miguel Muñoz, coordinador del Proyecto LIBERA en SEO/BirdLife.