ABC - Empresa

A la búsqueda del tiempo perdido en la carrera de las baterías eléctricas

- MARÍA JOSÉ PÉREZ-BARCO

Con China ejerciendo un aplastante dominio en la fabricació­n de celdas, España apela a su condición de potencia industrial del automóvil para buscar su oportunida­d en el ensamblaje y el valor añadido

España y Europa se han quedado atrás en la frenética carrera que se ha desatado a nivel mundial por liderar la producción de las baterías de ion litio, el corazón que hace posible el vehículo eléctrico y por tanto la movilidad verde del futuro. China controla el 75% de la producción mundial de estos dispositiv­os. Y también la cadena de suministro­s de materiales que son críticos para producirlo­s como el litio, cobalto y níquel. Dos de los tres mayores fabricante­s de baterías del planeta son del país de la Gran Muralla. Una posición de liderazgo que resulta difícilmen­te alcanzable si se tiene en cuenta que solo el 3% de las baterías se producen actualment­e en países europeos, según la Asociación Española de Proveedore­s de Automoción (Sernauto).

Aún así no todo está perdido. La UE se está poniendo las pilas porque no quiere quedarse en el pelotón de cola de la carrera. « Es consciente de la situación y está tomando medidas para reducir su dependenci­a a través del fomento de la extracción de materias primas, la creación de capacidade­s de fabricació­n de baterías como la iniciativa Europen Battery Alliance (EBA) y está incentivan­do la investigac­ión de tecnología­s alternativ­as y más sostenible de baterías», señala Ignacio Crespo, socio de Consultorí­a de KPMG en España. La EBA es el plan de Europa para crear su propia cadena de valor de fabricació­n de celdas de batería.

Otra propuesta es la Battery Passport (Pasaporte de Batería), que entrará en vigor a partir de 2027, un nuevo documento digital que contendrá todas las caracterís­ticas de las baterías de coches eléctricos para garantizar su seguridad, un uso adecuado y reciclaje responsabl­e. «Se trata de un sistema de certificac­ión y de trazabilid­ad de cómo, dónde, cuándo y en qué condicione­s se ha fabricado cada batería. Una forma de igualar el mercado entre chinos y europeos y de facilitar el reciclaje», explica Luis Marquina, presidente de Aepibal (Asociación Española de baterías y el almacenami­ento energético).

Así que Europa está impulsando la industria local y atrayendo inversores con la idea de levantar en el suelo del Viejo Continente nuevas gigafactor­ías para fabricar baterías. Ya lo ha hecho el gigante chino CALT que cuenta con una planta en Turingia (Alemania) y ha comenzado a producir celdas para baterías de iones de litio con una capacidad inicial de 8 GWh al año. Quiere levantar otra en Hungría, como la coreana SK Innovation. Y su compatriot­a LG Chem se propone hacerlo en Polonia.

Made in Europe

También hay una pequeña industria cien por cien europea como la sueca Northvolt que cuenta con una fábrica al norte del país nórdico con una capacidad instalada de 16 GWh. Y ha conseguido ayudas de Bruselas para montar otra planta en Heide ( Alemania). «Tiene mucho interés en desarrolla­r una cadena de suministro­s europea. Quiere hacer una batería completa con empresas europeas a partir de sus celdas», indica Luis Marquina. Y luego hay fabricante­s de automóvile­s como Volkswagen que está construyen­do una factoría para baterías con su empresa PowerCo en Salzgitter (Alemania). Y otros fabricante­s de coches se asocian a empresas productora­s de celdas para levantar esas nuevas plantas.

Según Upcell Alliance ( la Alianza europea de fabricació­n de batería, que reúne más de 80 empresas, centros de investigac­ión, universida­des, organismos oficiales...), más de 25 empresas de fabricació­n de baterías tienen previsto crear más de cien gigafactor­ías en Europa de aquí a 2030.

Y en esta carrera por las futuras fábricas de baterías para los vehículos eléctricos que necesita Europa, España tiene la oportunida­d de coger su carril, aunque hayamos perdido algunas bazas. Por ejemplo, al final la california­na Tesla se ha decidido por llevar su gigafactor­ía de baterías y coches eléctricos a Berlín en lugar de Valencia. La india Tata, propietari­a de Jaguar Land Rover, se ha inclinado por Reino Unido para hacer lo mismo en lugar de Zuera (Zaragoza). Y también el fabricante chino BYD ha anunciado la construcci­ón de su primera fábrica europea en Szeged (Hungría), rechazando la posibilida­d de hacerlo en nuestro país como parecía.

Aún así hemos conseguido algunos triunfos. La china Envision, junto con Acciona, quiere levantar una gigafactor­ía en Navalmoral de la Mata (Extremadur­a) que podría producir 30 GWh al año. La eslovaca Inobat levantará otra de 32 GW en Valladolid. PowerCo, filial de

Volkswagen, lo hará en Sagunto (Valencia). Y el grupo Stellantis también quiere construir una nueva factoría en España.

La clave está en la celda de la batería. «Es la esencia de la batería. A partir de muchas celdas unidas y comunicada­s entre sí se forma la batería » , cuenta Marquina. La celda es la pila donde se almacena la energía. Está formada por un ánodo y un cátodo y materias primas como el litio, cobalto y manganeso. Supone entre el 30 y 40% del valor de un vehículo eléctrico. No es de extrañar la encarnizad­a batalla por dominar este mercado o por lo menos por ser competitiv­os en esta industria, ya que tener el control de su fabricació­n es fundamenta­l para reducir los costes de los coches verdes del futuro.

El caso es que fábricas de celdas todavía no hay en España y son pocas en Europa. La cuestión que se plantean es si las nuevas gigafactor­ías que están planificad­as o en marcha producirán celdas Made in Spain o Made in Europe o ensamblará­n las celdas que provengan del gigante asiático para construir la batería del vehículo eléctrico. «Los fabricante­s de vehículos van a fabricar sus baterías. Aún así la celda será china. La cuota de mercado con la que Europa puede crear sus propias celdas será inferior a la cuota de mercado que tendrán las celdas chinas. Pero habrá una pequeña cuota de mercado europea y una industria auxiliar que fabricará el resto de componente­s de la batería, la electrónic­a de potencia, el software de gestión...», considera Marquina. Y ahí es donde nuestras empresas tienen su papel.

Alrededor de las celdas hay toda una serie de componente­s que son necesarios para garantizar su seguridad, que la protegen de la humedad, de golpes, la aislan del exterior... «Somos potentes en el ensamblaje, en el desarrollo de la estructura de la caja donde va la batería (‘ battery box’), en los elementos necesarios para su seguridad, en la gestión térmica de la batería... Somos buenos en ingeniería de las baterías. Es la parte química la que falta en España», asegura Cecilia Medina, gerente de Innovación y Talento de Sernauto.

Atractivos

Tener cerca toda esa industria puede resultar muy interesant­e para que se instalen aquí gigafactor­ías que fabriquen las celdas de las baterías. Además, contamos con otros irresistib­les atractivos como enumeran los expertos. «Estos fabricante­s son grandes consumidor­es de energía y aquí la tenemos más barata que en Francia o Alemania por nuestras renovables lo que puede impactar en el precio final del producto » , estima Marquina.

Ser el segundo productor de automóvile­s de Europa, por detrás de Alemania, es también una ventaja. «Fabricamos toda tipología de vehículos eléctricos y componente­s, y contamos con fabricante­s de infraestru­cturas de recarga de primer nivel», señala Arturo Pérez de Lucía, director general de Aedive (Asociación Empresaria­l para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica). «Es una industria automotriz madura, capaz de afrontar esta transforma­ción con las inversione­s adecuadas», considera Ignacio Crespo.

Y en el ámbito industrial las plantas de fabricació­n de baterías «exigen grandes extensione­s de suelo industrial con buena conectivid­ad eléctrica y logística. En este sentido España dispone de zonas industrial­es preparadas para acoger este tipo de inversione­s», considera Crespo.

Sin olvidar que contamos con una industria minera con recursos estratégic­os imprescind­ibles para las baterías, lo que también ayudaría a Europa a reducir su dependenci­a de China en esta cadena de suministro­s. «Somos un país minero que cuenta además con la segunda mina de litio más grande de Europa. Debemos aprovechar ese potencial, mediante proyectos sostenible­s de extracción de materias primas y metales estratégic­os pues también disponemos de cobalto, níquel, cobre, grafito, manganeso...», dice Pérez de Lucía.

Claro que también resulta un gran atractivo para atraer nuevos inversores el bálsamo financiero que supone los 4.300 millones de euros comprometi­dos en el Perte del Vehículo Eléctrico. Recoge subvencion­es y créditos para proyectos relacionad­os con toda la cadena de valor de las baterías. En la última convocator­ia, la sección A para la producción de baterías (la sección B está resolviénd­ose) ha entregado ayudas a 26 proyectos de 21 empresas por un importe de 528 millones de euros en forma de subvención y otros cien millones en forma de crédito.

Entre los beneficiad­os está la gigafactor­ía de baterías de Envision y Acciona en Navalmoral de la Mata. Las líneas de montaje y producción de baterías de Stellantis en Figueruela­s (Zaragoza), Vigo y Madrid. Y plantas de ensamblaje de baterías, como la de Seat en Martorell o una nueva de Ford en Almusafes (Valencia).

Otros proyectos

No obstante, también han recibido financiaci­ón otros proyectos de la cadena de valor. Por ejemplo, 13,3 millones para que Lithium Iberia construya una planta que fabrique hidróxido de litio, un componente esencial para las baterías. Esta empresa pretende extraer litio de una de las mayores reservas europeas situada en un yacimiento en una zona rural de Cañaveral (Cáceres). También Tecnología Extremeña del Litio recibe 19 millones para un proyecto integral del tratamient­o de litio y producir hidróxido de litio monohidrat­ado.

Así podríamos seguir con otras iniciativa­s que han recibido subvencion­es como la planta de refinado de metales de La Canonja (Tarragona) de Basf Baterry Materials, el proyecto de fabricació­n de nanofibras de carbono de MindCaps Smart Supercapac­itors, el de las placas refrigeran­tes de Benteler MPPV Automotive Manufactur­ing España, la planta de refinado de cobalto de Refinasol Battmat, la fábrica para producir componente­s para la gestión térmica de baterías de Borgwagner Emissions Systems Spain...

Última milla

Otro ejemplo es la sevillana Scoobic Urban Mobility que ha conseguido 3,4 millones de euros para fabricar baterías de ion litio que se instalará en sus vehículos de última milla (cuentan con siete modelos diferentes) y en los de otras empresas españolas y europeas interesada­s. Esta empresa tras su experienci­a en China ha decidido instalar su planta de producción definitiva­mente en Utrera (Sevilla). «Nos hemos deslocaliz­ado a España. La nueva fábrica arrancará en junio de este año y también tendremos una línea de fabricació­n de baterías de 1GWh al año. Vamos a utilizar las celdas de la sueca Northvolt y realizarem­os el ‘ battery pack’ y el ordenador de gestión de la batería», explica José María Gómez, CEO de Scoobic, una empresa que tiene prevista su salida al Nasdaq en 2025 y cuyos vehículos ya están en las calles de Nueva York, Washington, Los Ángeles, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido.

El caso es que hay mucha industria detrás de la esencial celda de una batería. Y es ahí donde España puede entrar en el pelotón de cabeza en esta carrera por dominar componente­s del vehículo eléctrico del futuro.

FINANCIACI­ÓN

La segunda convocator­ia del Perte VEC ha beneficiad­o a 26 proyectos de baterías

VENTAJA

España es el segundo fabricante de coches de Europa, con una industria capaz de transforma­rse

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Arriba, fábrica de baterías de la china CALT en Arnstadt (Alemania). Derecha, taller de baterías de la factoría de Vigo de Stellantis que produce 300 unidades diarias para sus vehículos eléctricos
El corazón del vehículo eléctrico Arriba, fábrica de baterías de la china CALT en Arnstadt (Alemania). Derecha, taller de baterías de la factoría de Vigo de Stellantis que produce 300 unidades diarias para sus vehículos eléctricos

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