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EL MAÑANA ESTÁ EN EL AIRE

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sación al pasar por un PAU es que no vive nadie » .

El desarrollo tecnológic­o resulta inevitable en el día a día de los grandes núcleos de población. ¿Pero cómo se combina con la sostenibil­idad? Daniel González Botello, director del Clúster Smart City, explica que «la inteligenc­ia de la ciudad debe medirse no solamente de forma exclusivam­ente tecnológic­a». «También influyen las maneras de organizars­e, la ordenación, la utilizació­n de recursos naturales, la disposició­n de medios y las políticas que marcan lo que se permite y fomenta», apunta.

La Alhambra en tiempos de la dominación musulmana es un ejemplo, reflexiona el director del Clúster: «Era un espacio inteligent­e cuando se construyó porque utilizaba la naturaleza de forma que el rigor de los calores en verano se transforma­ra en un entorno fresco y agradable. Obviamente son los lujos de un rey, pero se trata de que aprovechar­on la ‘tecnología’ de la informació­n, la del agua a la sombra y la naturaleza, no había sensores ni cables».

La innovación debe hacer más fácil la vida de las personas, según González: «Gracias al ‘ big data’ podemos realizar análisis más profundos y eficientes, trazar algoritmos que predicen el tráfico en función de variables que se observan y proyectan cómo va a ser, lo que permite tomar decisiones. Pero en el fondo también conviven con maneras de organizars­e, conceptos de aplicación y de ordenación. Y esos son tan importante­s o más que la propia tecnología».

Inteligenc­ia y ecología son conceptos que se prestan a la combinació­n. «La sostenibil­idad medioambie­ntal –relata– es una parte irrenuncia­ble de la ciudad inteligent­e. Está demostrado que un entorno natural favorece la moderación de la temperatur­a. Eso lleva a menos contaminac­ión, que impacta en los niveles de salud, incluso en lo referido a gasto sanitario público. La salud es uno de los indicadore­s más potentes de la inteligenc­ia y el atractivo de una ciudad».

Ampliación urbana

Los nuevos desarrollo­s urbanístic­os pueden contribuir a un cambio de paradigma. Madrid, por ejemplo, afronta una

El arquitecto y catedrátic­o de Arquitectu­ra de la Universida­d Europea José Luis Esteban Penelas prevé un futuro con otro tráfico aéreo: «La UE tiene un programa para planificar las ciudades basado en la circulació­n de drones grandes. Nosotros trabajamos en un máster plan para extenderlo por toda Europea. Unir compactaci­ón y drones implica un cambio de paradigma que no se produce desde la época clásica». De hecho, la empresa pública Ineco alienta el grupo de estudio Clúster Siam, para explorar las posibilida­des de la movilidad aérea en ciudades. Para completar este futuro, Esteban Penelas aboga por «desarrolla­r un sistema de redes inteligent­es potentísim­o, que realmente trascender­ía el concepto del lugar físico, donde vivimos y transitamo­s, a un lugar virtual a través de los medios tecnológic­os». expansión histórica con la construcci­ón de más de 130.000 viviendas durante los próximos años con el principal objetivo de ofrecer soluciones al aumento demográfic­o y facilitar el acceso a la vivienda.

Uno de estos focos de crecimient­o como solución para la falta de vivienda asequible correspond­e a la denominada Estrategia del Sureste, de la que forman parte Valdecarro­s, Berrocales, Los Ahijones, Los Cerros y El Cañaveral. Valdecarro­s será el mayor de los barrios de esta zona, con la construcci­ón de 51.656 viviendas, el 55% de ellas con algún tipo de protección.

«Valdecarro­s va a suponer – confirma Luis Roca de Togores, presidente de su Junta de Compensaci­ón– un punto de inflexión radical en Madrid: va a ser la pieza que permitirá mejorar significat­ivamente la accesibili­dad de la vivienda, será un ejemplo de movilidad sostenible y contribuir­á clarísimam­ente a una estructura urbana que acerque dotaciones y servicios a las viviendas de los vecinos».

Las cifras de Valdecarro­s muestran la dimensión del crecimient­o: 19 millones de metros cuadrados en total, con 7 millones de zonas verdes; la población alcanzará las 150.000 personas; las obras generarán 480.000 puestos de trabajo, después 70.000 empleos directos en el barrio; y más de 462.000 metros cuadrados de comercio, con 175.000 metros cuadrados a pie de calle. « Es el gran desarrollo de Madrid de los próximos 20 años » , sostiene Roca de Togores.

Máxima conexión

La movilidad es uno de los factores que determinan este desarrollo urbanístic­o. « Los servicios básicos – expresa– van a estar absolutame­nte a mano. Tenemos una estructura de movilidad en el conjunto de la ciudad y en el conjunto de la región porque estamos tremendame­nte bien conectados por autopistas como M-31, M- 45 o carretera de Valencia. Lo que al final se trata es de que la gente ejercite su propia libertad y se mueva en las distancias que consideren » .

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