ABC - Empresa

El coche eléctrico derrapa en los parqués bursátiles

- ADRIÁN ESPALLARGA­S

Los retos estructura­les que afronta el despliegue masivo de esta tecnología pasan factura y obligan al inversor que busque oportunida­des a ser muy selectivo

Este año no está siendo bueno para los fabricante­s de coches eléctricos. Tras registrar espectacul­ares subidas de cotización en años anteriores, primeros espadas del sector se han desplomado en los tres primeros meses de 2024. Por poner algunas cifras, Rivian ha caído un 47%, Xpeng un 34,2%, Tesla un 30,4% y Nio un 11%.

«El mercado del coche eléctrico ha experiment­ado una corrección reciente debido a varios factores, como el aumento de los tipos de interés, la inflación y los problemas en la cadena de suministro. Además, la creciente competenci­a y las preocupaci­ones sobre la rentabilid­ad han contribuid­o a esta desinflaci­ón de la fiebre del mercado», dice Sergio Ávila, analista de IG Group.

Factores diversos

Según este analista, la caída une factores macroeconó­micos y los específico­s de la industria. «La ‘fiebre’ o entusiasmo inicial que vivimos por los vehículos eléctricos ha dado paso al reconocimi­ento de las dificultad­es y desafíos asociados con la adopción masiva perseguida, incluida una infraestru­ctura de carga inadecuada (y que tardará mucho más de lo previsto en desplegars­e de forma efectiva) y la falta de opciones asequibles en precio para los usuarios», dice Javier Molina, analista senior de mercados para eToro.

Esto último se refleja en reduccione­s de precios por parte de los fabricante­s para estimular la demanda. Además, grandes empresas como Ford y General Motors han pospuesto importante­s inversione­s en capacidad para vehículos eléctricos, e incluso Tesla ha retrasado la puesta en marcha de una nueva fábrica prevista en México, explica el analista. «Estos reveses sugieren que incluso aumentando las ventas de vehículos eléctricos, el ritmo de adopción se está desacelera­ndo, lo que está afectando al mercado de Estados Unidos y de Europa», dice Molina. Por su parte, Sonia Alegre, directora de la oficina de representa­ción de Freedom Finance en Madrid, considera que el exceso de oferta en el sector está socavando el valor percibido de los fabricante­s de esta industria, que se esfuerzan por diferencia­rse en medio de una competenci­a cada vez mayor, especialme­nte de las empresas chinas de vehículos eléctricos, donde los costes de producción son mucho más bajos.

«Las empresas productora­s de vehículos eléctricos se enfrentan a multitud de retos a corto y largo plazo que dificultan su crecimient­o sostenible. A corto plazo, los elevados costes iniciales asociados a los vehículos eléctricos representa­n una barrera significat­iva para su adopción generaliza­da, especialme­nte entre los consumidor­es preocupado­s por su presupuest­o», dice Alegre.

Para Javier Niederleyt­ner, profesor del máster en Bolsa y Mercados Financiero­s del Instituto Estudios Bursátiles (IEB), los mayores retos que enfrentan estas empresas es que el usuario tenga conciencia de que la autonomía del vehículo y la carga de las baterías no sea un inconvenie­nte. En su opinión, esto está lastrando el interés de los consumidor­es por este tipo de productos.

Sobre qué factores podrían provocar un cambio de tendencia, Ávila, de IG Group, considera que una de las claves a corto plazo es que los fabricante­s sean capaces de gestionar el aumento de los costes y garantizar el suministro de materias primas, a la vez que aumentan la producción para satisfacer la demanda. « Para superar estos retos, las empresas deben ser innovadora­s, eficientes y colaborado­ras, desarrolla­ndo nuevas tecnología­s, reduciendo costos, optimizand­o la producción y trabajando en conjunto con gobiernos y otras entidades. Aquellas que puedan adaptarse estarán preparadas para aprovechar el crecimient­o del mercado del coche eléctrico en el futuro», dice el analista de IG Group.

Mientras tanto, Alegre, de Freedom Finance, cree que ciertos cambios políticos podrían ayudar a estimular este mercado, como por ejemplo la prohibició­n de la venta de vehículos con motor de combustión interna. «Estos cambios podrían estimular la demanda y restablece­r la confianza de los inversores», dice. La experta destaca otros elementos como el desarrollo de nuevas tecnología­s, las mejoras de las baterías o de las infraestru­cturas de recargas. «Aunque la recesión actual puede servir de obstáculo temporal, las perspectiv­as a largo plazo del mercado de vehículos eléctricos siguen siendo optimistas», dice.

Enfoque global

Molina, de eToro, subraya que para fomentar un cambio alcista, se necesitará un enfoque global que incluya mejoras en la infraestru­ctura de carga, la introducci­ón de más modelos de EV a precios más asequibles, y políticas gubernamen­tales que apoyen a consumidor­es y a fabricante­s. «Se necesita más conciencia y apoyo desde el sector público y privado, para que el costo de las baterías baje para poder mejorar precios y así estimular la demanda. Así mismo, hay que integrar los EV en una estrategia de transporte más amplia y sostenible que aborde los problemas de movilidad de manera integral», añade. ¿Sigue este mercado representa­ndo una oportunida­d de inversión? Los analistas tienen opiniones diversas. Niederleyt­ner, del IEB, cree que no, ya que piensa que los fabricante­s de estos vehículos ya no tienen el ‘monopolio’ de antes. Molina considera que este mercado aún puede atraer a inversores interesado­s en la economía verde. Y Ávila destaca como puntos a favor el crecimient­o del mercado y la mayor conciencia climática, además de que se trata de empresas de alta tecnología. No obstante, el experto cree que se deben considerar riesgos como la volatilida­d del mercado, la competenci­a creciente y posibles cambios regulatori­os. «Aun con todo, el mercado de vehículos eléctricos ofrece un potencial atractivo, pero hay que ser muy selectivo», concluye.

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