El viento a favor de los fondos europeos barre el problema de los residuos eólicos Seis pioneros proyectos aspiran a ser el núcleo de un nuevo sector industrial que responda al complejo desafío de reciclar y revalorizar las miles de toneladas de materiale
Una, dos, tres... y hasta seis plantas para reciclar palas de aerogeneradores (y otros componentes) se levantarán en nuestro país en los próximos dos años al calor de los fondos Next Generation. Son proyectos que se han presentado al programa de Repotenciación Circular y entre los que el Instituto para la Diversificación y Ahorro Energético (IDAE) ha repartido una ayuda de 13,6 millones de euros. Podrán tratar 18.000 toneladas anuales de residuos que llegarán de los parques eólicos que se vayan desmantelando y repotenciando a lo largo de la década ( y de las que vengan después).
Todo un aluvión de cientos de miles de aspas y de otros elementos de los gigantes del viento cuyo reciclaje se está convirtiendo en un verdadero desafío para la industria eólica española ya que están formados por materiales compuestos muy difíciles de transformar. Son residuos críticos, porque en ellos se combinan fibras de vidrio, o de carbono, resinas termoestables, pinturas y disolventes que resultan complejos de separar. Una amalgama que también se utiliza para piezas y equipos en el sector aeronáutico, automovilístico, construcción y en el transporte marítimo. Por tanto, estas plantas, que serán pioneras para dar una segunda vida a gran escala a las palas de los aerogeneradores, también suponen el nacimiento de una nueva industria más amplia y muy prometedora como es el reciclaje de materiales compuestos. La idea es tratarlos y transformarlos en materias primas secundarias que se puedan introducir en otros procesos productivos.
En ese mercado nuestro país cuenta con una posición muy cómoda. España, junto a Alemania y Dinamarca, ha sido pionera a nivel internacional en el despegue masivo de la energía eólica. Es de justicia que también lo sea en el reciclaje de los residuos que genera. De hecho, hoy somos la quinta potencia mundial por potencia eólica instalada y disponemos del 90% de la cadena de valor de toda esta industria. Unos títulos ganados a pulso desde que en la década de los noventa del pasado siglo comenzaron a verse los primeros parques eólicos recortando el horizonte. Hoy día, muchos ya han cumplido su vida útil (a los 20 y 25 años) o están a punto de hacerlo próximamente.
La avalancha que viene
Según la Asociación Empresarial Eólica (AEE), en 2023, 8.700 turbinas (6 GW de potencia) tenían más de 20 años. De ellas 1.350 más de 25. Eso supone 26.100 palas de aerogenerador en total. Este año tendremos 34.000 toneladas de aspas que han estado en funcionamiento más dos décadas, de las que 4.500 lo han hecho durante un cuarto de siglo. Y así podríamos seguir año tras año. « Es un crecimiento lineal » , dice Juan Virgilio, director general de AEE. De tal forma, que podemos llegar a 2030 con 170.000 toneladas de palas que han estado más de 20 años en funcionamiento y 80.000 de ellas, más de 25, según esta organización.
Bien porque se vayan a jubilar al final de su ciclo, o bien porque no cumplen la normativa actual, o bien porque interesa instalar nuevos aerogeneradores más potentes para obtener mayores beneficios en emplazamientos que son únicos por su recurso eólico, lo cierto es que se avecina el desmantelamiento de una avalancha de parques eólicos. O su repotenciación, es decir cambiar antiguas turbinas por otras modernas. Para ello se necesitarán menos aerogeneradores, ya que los de ahora están más avanzados tecnológicamente y aprovechan los vientos con mayor eficiencia y rentabilidad.
De hecho, en paralelo a la convocatoria de las primeras instalaciones de reciclado de palas, se ha desarrollado otra convocatoria para la repotenciación de parques eólicos. En total, 29 proyectos que serán beneficiarios de 147,8 millones de euros. El Ministerio de Transición Ecológica (Miteco) estima que se reemplazarán 1.205 aerogeneradores antiguos por 167 colosos del viento de última generación, mucho más potentes. Es decir, que cada unidad nueva producirá más que la antigua. «Las ayudas se han adjudicado a parques que se instalaron en su mayoría entre 1998 y 2000, aunque también hay alguno posterior», indica Virgilio.
Por tanto, las seis nuevas plantas de reciclaje de palas y de otros elementos de los aerogeneradores son más que necesarias, porque a día de hoy no existe ninguna instalación en nuestro país que pueda reciclar estos residuos de forma industrial. Y habrá que dar salida a ese ingente volumen de desechos cuando lleguen en los próximos años para que no terminen en vertederos.
¿Y las seis plantas tendrán capacidad suficiente para ab
Dimensiones gigantes
Arriba, trabajos de montaje de palas para parques de Iberdrola y, derecha, fabricación de la pala que se puede reciclar de Siemens Gamesa
sorber tantas toneladas de material desaprovechable? Pues todo parece indicar que sí. «Tendrán una capacidad de tratamiento de palas y materiales compuestos de cerca de 18.000 toneladas anuales a partir de
2026, con un porcentaje medio de recuperación en peso estimado del 66%. Dado que se estima que hasta 2030 España generará, de media, unas 10.000 toneladas anuales de residuos de palas y otros componentes
Tecnologías punteras
Arriba, la fresadora de control numérico que utiliza Voodin Blades para dar la forma precisa que necesite el cliente a la pala de madera
del aerogenerador que utilicen materiales compuestos, debido al desmantelamiento de equipos que alcancen el final de su vida útil, en efecto, las seis plantas tendrían una capacidad suficiente para gestionar el volumen anual estimado de las palas desmanteladas en España en la próxima década. Y para ofrecer, complementariamente, este servicio de reciclaje y valoración de palas que se desmantelen en parques eólicos de otros países europeos», afirma Juan Ramón Ayuso, jefe del departamento de Eólica y Energías del Mar de IDAE.
Liderazgo
Si también podemos reciclar estos residuos de otros países vecinos, se trata de una industria que puede tomar la delantera en Europa y convertirse en un referente. De hecho, «la entrada en operación de las seis plantas industriales nos pondría en una posición de liderazgo», cree Ayuso.
Las plantas de reciclaje estarán ubicadas en Navarra (dos), Castilla y León (dos), Cataluña (una) y Andalucía (una) y su construcción deberá estar finalizada en enero de 2026.
Las ayudas del IDAE (13.6 millones de euros) suponen el 30% de la inversión necesaria para poner en pie estas seis instalaciones, que requerirán 45 millones en total. «Las ayudas son necesarias para impulsar esta industria estratégica, pero el mayor esfuerzo de inversión corre a cargo de los promotores», reconoce Ayuso.
« Estas plantas - continuaserán las más modernas posibles con el estado del arte tecnológico actual para soluciones comerciales que supongan la gestión de un elevado volumen de residuos y con el mayor porcentaje de recuperación de materiales » . Y estarán en continua evolución tecnológica, advierte, «para encontrar y desarrollar nuevos conceptos, primero en la fase de I+D, que evolucionen en la recuperación de los materiales con la mayor calidad posible y de la manera energéticamente más eficiente».
La nueva industria
Según el Miteco las seis plantas generarán casi 12.000 toneladas de elementos reciclados que podrán reintroducirse en el circuito productivo de sectores industriales como el químico, aeronáutico, automovilístico, metalúrgico y construcción generando así nuevas cadenas de valor. «Se está construyendo un nuevo sector que cierra el ciclo de vida de los parques eólicos y pro
porciona su circularidad. Es- tas plantas van a tener mercado y trabajo durante muchos años», pronostica Virgilio. Además, cuatro de los proyectos se encuentran en zonas de Transición Justa o Reto Demográfico, con lo cual tendrán un importante efecto tractor sobre esos lugares.
Son el germen del nacimiento de un nuevo sector, como advierte Virgilio. «No solo van a servir para los residuos del sector eólico, también para los de otros sectores. Por ejemplo, también hay materiales compuestos en los fuselajes de los aviones y en las cabinas. Va a ser una industria del reciclaje de equipos y elementos hechos con materiales compuestos. Es un mercado enorme», asegura.
Los proyectos
Si todo sigue su curso, la primera planta que antes estará operativa, a finales de este año, será la de EnergyLOOP, una sociedad formada por Iberdrola, FCC Ámbito y que cuenta con el apoyo de Siemens Gamesa. Su construcción ya está en marcha en la localidad de Cortes (Navarra). Es un modelo que además puede ser fácilmente replicable y ha recibido una ayuda de 2,8 millones de euros del IDAE. «En una primera fase será de reciclaje mecánico y permitirá generar distintas texturas y granulometrías para distintos usos a partir del tratamiento de las palas de los aerogeneradores. Por ejemplo, para materiales de construcción como el cemento. Mientras estudiamos aplicaciones más sofisticadas en la industria química y cerámica», explica Álvaro Portellano, responsable de nuevos emprendimientos en Perseo-Iberdrola.
No se ha escogido esta ubicación al azar. Por el contrario, la zona sur de Navarra facilita la logística para transportar las palas procedentes de parques eólicos de Castilla y León, Aragón y la propia Na
varra, donde existe mayor concentración y se ubican los más antiguos.
La planta más beneficiada en esta convocatoria (con 5,3 millones de euros) ha sido la que Acciona Energía y RenerCycle tienen previsto construir en Lumbier (Navarra), un municipio de reto demográfico. Estará en marcha en 2025 y dará empleo a más de cien personas. Esta fábrica operará con una tecnología innovadora que ha desarrollado Acciona: las palas serán tratadas mediante un proceso de reciclaje térmico en continuo para obtener materias primas secundarias equiparables a las materias primas vírgenes. De hecho, Acciona y la marca textil El Ganso lanzaron una colección limitada de zapatillas deportivas cuya suela se había hecho con materiales procedentes de palas eólicas recicladas.
Otro de los proyectos que ha obtenido la ayuda del IDAE (con 1,4 millones de euros) ha sido el que lidera Gira Wind, una sociedad creada por Naturgy y Ruralia (el holding de participadas de Caja Rural de Soria). Un proyecto con una clara vocación de proporcionar circularidad en la repotenciación de los parques eólicos. «El enfoque se centra en el reciclaje integral de parques eólicos, cubriendo los servicios de desmantelamiento completo de los parques, reacondicionamiento de máquinas y sus componentes, reciclaje de los materiales que componen las palas y la comercialización de aerogeneradores completos y piezas para repuestos», expone Jesús Chapado, director de Innovación en Naturgy.
Para ello se pondrá en funcionamiento en 2025 una primera planta industrial en Almazán (Soria). «Se trata de una campa de 7.500 m2 para el acopio y clasificación de los materiales y componentes; una nave industrial de 4.500 m2 que albergará los procesos de I+D+i en corte, triturado, tratamiento químico y térmico, y una oficina», indica Chapado. Y, después, se construirá una segunda planta en Garray (Soria).
Según los primeros ensayos y test que se han hecho en laboratorio, estas plantas prometen reacondicionar, recuperar y reciclar buena parte de los equipos y materiales llegados de los parques eólicos. «Estimamos que a corto plazo podremos valorizar el 70% del peso de los materiales que componen los aerogeneradores con antigüedad entre 15 y 20 años. Y a medida que se consoliden los desarrollos tecnológicos en los que trabajamos alcanzaremos el 80%», apunta Chapado.
A partir de las palas de los aerogeneradores, asistimos al nacimiento de una industria del reciclaje de materiales compuestos que promete un futuro brillante.