El arma de doble filo de la IA en la inclusión laboral de las personas con discapacidad
Esta tecnología ofrece una capacidad sin precedentes para sortear barreras físicas, cognitivas y sensoriales, pero también puede perpetuar los sesgos excluyentes
El pertinaz desarrollo de la inteligencia artificial (IA) no para de sorprender incluso a los especialistas: segundo a segundo, la capacidad computacional y la avalancha de datos propia de la sociedad de la información del siglo XXI mejora los modelos. En este contexto, la IA, como tecnología, como representación de la relación máquina-ser humano, se enfrenta al desafío de mejorar los sesgos y de ser transversal, globalmente útil a la sociedad. Así sucede en el caso de las personas con discapacidad que, sin duda, se beneficiarán de este proceso de ‘working in progress’ pero que necesitan de la responsabilidad social de instituciones y empresas para garantizar la igualdad de condiciones.
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, señala cómo «hay que partir de una realidad y es que, tradicionalmente, las personas con discapacidad afrontan dificultades adicionales que impiden su participación igualitaria en todas las esferas sociales, ya sea por barreras de accesibilidad, de educación y de formación, así como desigualdades económicas y mayores tasas de pobreza. En definitiva, suelen ser las últimas en beneficiarse de los cambios y avances que se producen en todos los ámbitos » .
En todo caso, Mesonero destaca cómo en los últimos años y bajo la promesa central y transformadora de la Agenda 2030 de ‘ no dejar a nadie atrás’ «se ha evidenciado la necesidad de tener en cuenta a todas las personas para que formen parte del cambio, avanzando así hacia sociedades más prósperas y resilientes » .
Mesonero aporta, además, su opinión, sobre esta balanza de acciones de la IA: «Precisamente, el auge de la inteligencia artificial nos pone a prueba y nos brinda la oportunidad no sólo de contemplar la realidad de las personas con discapacidad, sino de servir como impulso que acelere su inclusión laboral. Todo depende del uso que hagamos de la misma » .
En este contexto, si la IA tiene una capacidad sin precedentes para sortear barreras físicas, cognitivas y sensoriales (que tradicionalmente han penalizado a las personas con discapacidad), el especialista añade cómo «podría acentuarse la brecha de desigualdad si el conjunto de datos utilizados para su entrenamiento contiene sesgos o refleja desigualdades persistentes, ya que los sistemas inteligentes podrían aprender y perpetuar dichos sesgos. De ahí la importancia de adoptar prácticas de desarrollo ético de la IA, monitorear constantemente los posibles sesgos o apostar por equipos de desarrollo diversos, que generen algoritmos inclusivos » .
IA y diversidad
En el caso del trabajo de la Fundación la Caixa, la inclusión laboral de personas con discapacidad forma parte de sus objetivos, como sucede en el caso de sesiones de sensibilización interna en diversas compañías e instituciones, con programas como Incorpora, con constantes novedades en sus propuestas a empresas, técnicos especializados y aspirantes, como el curso ‘Guía operativa de apoyo a la empresa en la integración laboral de personas con trastorno mental’ o recursos como, entre otros, ‘ Guía so
tadas para una mejor inclusión laboral. Garzón, experto en aplicaciones de IA y en formación (en la actualidad dirige, entre otras ocupaciones, el curso de Aefol ‘Herramientas de Inteligencia Artificial Generativa aplicada en la empresa’), subraya cómo «la Inteligencia Artificial (IA) y las Inteligencias Artificiales Generales (AGIs) tienen un potencial significativo para transformar la atención a la diversidad en el sistema educativo, especialmente para los estudiantes con discapacidades sensoriales». Una de las aplicaciones más prometedoras en este escenario es «la subtitulación automática y el doblaje de videos educativos a diversos idiomas, lo que no sólo mejora la accesibilidad para estudiantes con discapacidades auditivas, sino que también facilita el aprendizaje en contextos multilingües».
En este nuevo ecosistema confluyen todo tipo de aplicaciones, de herramientas que pueden ayudar a las personas discapacitadas: desde lectores de pantalla y asistentes de voz, software de reconocimiento de voz, tecnología de seguimiento ocular y control por mirada, aplicaciones de comunicación aumentativa y alternativa, etc.
Acceso equitativo
El trabajo sobre texto, audio, video e infografías, según las necesidades y preferencias de cada estudiante, garantiza, por lo tanto, acceso equitativo a los recursos educativos que pueden abrir puertas (o mejorar, consolidar) a la empleabilidad. « Además ( añade Garzón), la IA y las AGIs pueden diseñar contenidos educativos personalizados que atiendan a la diversidad del alumnado y sus diferentes características. Utilizando algoritmos avanzados, estas tecnologías pueden analizar las fortalezas y debilidades de cada estudiante, ofreciendo materiales de estudio adaptados a su ritmo de aprendizaje y estilo preferido, ya sea visual, auditivo o kinestésico». Recorrido de una nueva era en la que la inteligencia artificial debe, y puede, ayudar a las personas discapacitadas.