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Mujeres comprometidas. Hacia una sociedad más solidaria
Cádiz fue la ciudad elegida para protagonizar este encuentro donde la generosidad, el altruismo y el esfuerzo por transmitir conocimiento fueron los protagonistas del debate. La principal conclusión de las participantes: no se puede detener el nivel de co
Hablar de compromiso en los tiempos que corren no es solo hablar de la generosidad individual de cada persona hacia sus semejantes, o del crucial papel que desempeñan las instituciones benéficas. También la esfera de lo privado, con las empresas como abanderadas del movimiento, están cambiando el mundo en el que vivimos, en el que se está implantando el concepto de revertir en la sociedad una parte del beneficio que ellas obtienen. Para hablar de este y otros muchos asuntos vinculados con el desarrollo social el Casino Gaditano sirvió de escenario de un desayuno muy prolífico. Las mujeres participantes, procedentes de muy diversos ámbitos, generaron una red de contactos que seguro dará sus frutos, además de arrojar interesantes conclusiones sobre esta materia.
Entre las integrantes de la mesa, dos de ellas procedían del mundo de la empresa, quienes aportaron una visión de compromiso con el entorno más cercano y un papel transformador que va más allá de la Responsabilidad Social Corporativa. En el caso de CLECE, que estuvo representada por su jefa de selección en Andalucía, Aeroportuaria, Extremadura, Ceuta y Melilla, María Dolores Cruz, están especialmente volcados con los co- lectivos desfavorecidos. «Siempre que tenemos una vacante damos prioridad a candidatos de este perfil porque sabemos que un empleo es el mejor camino para recuperar la normalidad», dijo la directiva de esta empresa de servicios que acaba de cumplir 25 años. Entre sus acciones solidarias también se encuentran sus Premios Compromiso, con los que reconocen la labor de diferentes entidades sociales y organizaciones sin ánimo de lucro en temas relacionados con la ayuda a personas mayores y la integración de personas con discapacidad, mujeres que sufren violencia de género y personas en riesgo de exclusión social.
Similares preocupaciones tiene Coca-Cola European Partners, cuya jefa de comunicación y relaciones institucionales en Andalucía, Beatriz Codes, presentó algunas de las iniciativas sociales que llevan a cabo. «Uno de ellas es la Gira Mu
jeres, que lucha por el empoderamiento femenino y que acaba de arrancar la segunda edición, con la que llegaremos a otras 4.000 mujeres», explicaba Codes, quien detalló que en la primera el 75% de las beneficiadas fueron andaluzas. «Las empresas tenemos cada vez más concienciación con la realidad social, y en Coca-Cola sabemos que no podemos dedicarnos solo a fabricar refrescos. Con el programa de Gira Mujeres les damos herramien- tas a desempleadas para que puedan emprender y tener un trabajo, algo fundamental». Entidades benéficas La mitad de las integrantes en la mesa procedían de entidades sociales y benéficas, como Concha García, presidenta de Cruz Roja Española en Cádiz, quien aseguró que solo el año pasado atendieron a 125.000 personas en la provincia. Desde el Banco de Alimentos de Cádiz, representado por su presidenta, Salud González, luchan contra el hambre y el despilfarro, este último un concepto tristemente instalado en la sociedad actual. «Hemos desarrollado una gran estructura logística, porque a veces nos llaman de supermercados porque tienen alimentos perecederos a punto de caducar y debemos distribuirlos a tiempo para que lleguen a las personas necesitadas», indica Salud González, quien reconoce que el pilar de la institución son los voluntarios. También es fundamental la sinergia y la colaboración con otras entidades para que todo funcione adecuadamente. En el caso del Banco de Alimentos, tienen convenios con unos 200 organismos benéficos y atienden al año a unas 45.000 personas. Desde hace poco
«Lo importante es que las empresas se enganchen a ayudar porque su colaboración es fundamental» Concha García Es más lo que uno se lleva cuando ayuda a los demás que lo que da
tiempo, además de alimentos tienen un programa de inserción laboral creado para ayudar a las personas beneficiarias.
También dedicado a las atenciones básicas está la Fundación Virgen de Valvanuz, que estuvo representada por María Dolores Moreno. Se trata de una institución altruista nacida en 1982 de la mano de un matrimonio de Cantabria que emigró al sur. Atienden a familias necesitadas a través de su comedor, su servicio de ropería o el pago de facturas. Tienen sede en Sevilla, Málaga y Cádiz y cuentan con un centro de acogida de menores en Paraguay. «Casi la totalidad de nuestro equipo son voluntarios, aunque a veces hay escasez de ellos», indicaba en su intervención María Dolores Moreno.
La última integrante de este encuentro, Adelaida Bordés, habló de la importancia que tiene alimentar no solo el estómago de la sociedad, sino su espíritu y su conocimiento, como hace la Real Academia de San Romualdo de las Ciencias, Letras y Artes de San Fernando. Esta institución tiene un compromiso con la sociedad como transmisora de conocimiento a través de las charlas que organiza a lo largo del año, en las que de forma gratuita lleva a esta localidad gaditana a personajes de todas las esferas para que ilustren al público. Suelen ser todo un éxito de asistencia. «La Academia está muy presente en San Fernando. Colaboramos con colegios, institutos, asociaciones de vecinos y demás instituciones aportando nuestro grano de arena cultural», manifestó Adelaida Bordés, que también es una reconocida escritora. Más comprometidos Sobre si se está produciendo un cambio en la mentalidad de todos y hay mayor conciencia de la importancia de ayudar a los demás, todas las participantes del encuentro coincidieron en que sí. Beatriz Codes aseguró que Coca-Cola European Partners es «cada vez más sostenible y se preocupa por aportar a la sociedad, aunque es cierto que puede parecer insuficiente y siempre hay que seguir avanzando. Estamos en el buen camino», apuntó. «En los años de crisis parece que ha habido un poco de mala conciencia y se ha notado mayor apoyo pero nos preocupa que ese compromiso se diluya a partir de ahora» , sentenció Concha García, de Cruz Roja. «Lo importante es que las empresas se enganchen a ayudar porque su colaboración es fundamental», manifestaba Concha García, quien reconocía que en Cádiz hay muchas compañías comprometidas. «Con su colaboración logramos reinsertar laboralmente a muchas personas, conseguimos que un chico de 30 años que solo ha trabajado en la construcción pueda ser un magnífico empleado de Ikea, por mencionar un ejemplo».
«Estas personas a las que ayudamos a encontrar empleo suelen tener un gran compromiso y responsabilidad, como nos ocurre con la programación de Navidad que patrocinamos en Sevilla y de cuyo montaje se encargan chicos desempleados», añadía Beatriz Codes. Colaboración La colaboración entre entidades resultad fundamental para ser lo más eficaces posibles. Así lo reconocía Concha García. «A Cruz Roja la conoce todo el mundo y a veces nos llaman para darnos comida por ejemplo y nosotros avisamos al Banco de Alimentos, porque es competencia de ellos». Al final, el trabajo que cada entidad hace resulta fundamental para que la
cadena funcione. «Si conseguimos una entrevista de trabajo para alguna persona en riesgo de exclusión es importante que vaya con ropa limpia y aseada, un servicio que prestan en espacios como la Fundación Virgen de Valvanuz», comentaba García. «Desde las grandes empresas a veces es difícil atender todas las peticiones que recibimos, y en otras ocasiones queremos colaborar pero si no conocemos a las pequeñas entidades es complicado», dijo Beatriz Codes. Colaboración ciudadana El papel de cada individuo es fundamental cuando se habla de desarro- llo social y solidaridad, otro de los temas abordados en este encuentro. «En la provincia de Cádiz tenemos 19.000 socios, número que no ha parado de crecer durante la crisis, al igual que sus aportaciones», decía la responsable gaditana de Cruz Roja. En esta institución cuentan con personas a las que llaman de madrugada cuando aparece una patera en la costa para atender a
los inmigrantes, un ejemplo de las muchas tareas que desempeñan.
«Cuando yo llegué al Banco de Alimentos hace diez años eran todos señores mayores y ahora hay muchas mujeres voluntarias», añadió Salud González. Lo cierto es que parece que algo está cambiando, no solo con las personas que ayudan a algunas de estas asociaciones y entidades benéficas, también en el entorno empresarial. «Ahora hay mucha más sensibilización y cuando contratamos a una persona desfavorecida los compañeros y los mandos intermedios tienen una actitud muy buena hacia ellos, algo que hemos conseguido con trabajo y concienciación», aportaba María Dolores Cruz.
Ahora bien, la educación social debe empezar en los colegios y en la propia familia, para que los niños desde pequeños entiendan la importancia que tiene atender a los demás y saber ponerse en su lugar. «Somos producto de nuestra educación»,
aseveró Salud González. «Si los niños ven que los padres tienen esa sensibilidad, ellos no pondrán
el freno nunca cuando se trate de ayudar a los más desfavorecidos» , remarcaba María Dolores Moreno. «A veces son los propios niños los que nos traen los alimentos o el material que sus colegios han recolectado para nosotros y eso es muy importante porque van con ilusión y se sensibilizan con el tema». Recompensa Todas las mujeres comprometidas que participaron en esta mesa coincidieron en que es más lo que uno se lleva cuando ayuda a los demás que lo que da. «Las personas que vienen al comedor a ayudar a veces viven experiencias duras e incluso a veces pueden sentirse heridas por algún hecho desagradable, pero se van con la sensación de haber hecho algo grande por los demás», reconocía María Dolores Moreno.
«Cada persona que nos ayuda lo hace en la medida que puede, como si solo tiene una hora a la semana y acude a cambiar la bombilla fundida a algún miembro de nuestro programa de mayores, eso puede ser suficiente», explicaba Concha García. La responsable de Cruz Roja Española en Cádiz cerró la mesa dejando una cuestión inquietante en el aire. «Las personas a las que atendemos ya no son exclusivamente desempleadas, ahora también existe la figura del trabajador precario que no llega a fin de mes, algo que no ocurría hace una década, cuando quien tenía un trabajo podía vivir dignamente».