UNA OPORTUNIDAD INESPERADA DE REINVENTARSE

Lo que iba a ser mes y medio de desaceleración tras seis años de crecimiento económico ininterrumpido se convirtió como consecuencia de la pandemia en un súbito desplome de la actividad económica que duró más de un año. El PIB andaluz, que venía creciendo ya por encima de la media nacional, cayó desde marzo de 2020 hasta final de año en un 10,3 por ciento frente al 10,8 de caída del nacional. Miles de empresas sucumbieron en la crisis del coronavirus y sus derivadas. La incidencia no ha sido igual por sectores. Pero el turismo y los servicios, grandes motores de la economía andaluza, han sido los que han padecido con mayor crudeza la situación.

La recuperación en 2021 está siendo más lenta de lo esperado. El 9,8 por ciento de crecimiento del PIB nacional que predecía Pedro Sánchez con su habitual optimismo se ha corregido ya al 6,5. En Andalucía, donde la estimación de crecimiento era del 7 por ciento, hay analistas que la sitúan en el 6. La mejor noticia es que desde marzo se ha producido una incipiente reactivación que si no median causas excepcionales y el ritmo de vacunación se mantiene deberá consolidarse en los próximos trimestres.

Como base de la recuperación Andalucía, pese a las dificultades para que vengan los turistas británicos, se ha convertido en el destino preferido de los visitantes nacionales, lo que ha hecho posible que los hoteles empiecen a abrir en cascada. El buen comportamiento de las exportaciones, el sector energético, la mayor competitividad fiscal y la fortaleza de las grandes empresas agroalimentarias servirán para dar solidez a la reactivación. La llegada de los fondos europeos, que ya sabemos que vienen con retraso por la indefinición y la burocratización que han caracterizado su gestión, deben servir de palanca decisiva para impulsar las nuevas corrientes de desarrollo.

La nueva economía circular, la transición energética y la revolución sostenible, que afecta a todos los ámbitos de la empresa, han esbozado un panorama inédito en el que sólo prosperarán los que hayan sido capaces de adaptarse a los nuevos retos. La crisis de la pandemia ha propiciado que en unos cuantos meses los procesos de innovación que iban a desarrollarse en el siguiente lustro se hayan acelerado en progresión geométrica, de tal manera que el objeto de las empresas ha cambiado sustancialmente desde marzo de 2020 a nuestros días. También se han alterado los procesos de localización. Andalucía, que sigue teniendo un déficit estructural de desarrollo económico muy notable con respecto a las regiones más desarrolladas de España y Europa, puede encontrar aquí una gran baza. Los avances tecnológicos han posibilitado que se pueda trabajar casi desde cualquier parte. Esta circunstancia favorecerá a las comunidades como la andaluza en las que la calidad de vida es una ventaja competitiva a la hora de ubicar el centro de trabajo.

Como siempre la situación del mercado laboral en Andalucía sigue siendo la gran asignatura pendiente. Con un millón de desempleados, que representan una tasa de paro en torno al 24 por ciento, no se puede levantar cabeza. Si el porcentaje global de parados andaluces supera las medias nacional y europea entre 8 y 15 puntos, las cifras del paro juvenil son aterradoras pues bordean el 40 por ciento. Esta situación ha propiciado que exista una nueva generación de emigrantes andaluces, frecuentemente los mejor preparados, que se marchan de la comunidad en busca de un futuro laboral que aquí no tienen. El problema no es que se vayan, que puede resultar incluso enriquecedor por la experiencia acumulada, sino que no tengan ocasión de regresar. Es por ello que la reforma educativa, la apuesta por los ciclos de FP, por la innovación, la cultura empresarial y el emprendimiento resultan imprescindibles para revertir los números del mercado laboral.

Las circunstancias han cambiado tanto que para las empresas que han podido resistir a la pandemia, dando por sentado que será finalmente controlada, se abre un horizonte tan desconocido como despejado, en el que comunidades que vienen de atrás como Andalucía tendrán una ocasión inesperada de reinventarse.

@aybarrapacheco

«La economía circular y la transición energética afecta a todos los ámbitos de la empresa»

«La situación del mercado laboral sigue siendo la gran asignatura pendiente»