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LA SANIDAD PRIVADA COGE IMPULSO

- POR NATALIA ORTIZ

El sector privado representa casi un tercio del tejido sanitario en Andalucía, y durante la pandemia ha atendido a más de un 15% de los pacientes hospitaliz­ados por Covid-19 en la región

La sanidad privada sigue creciendo a velocidad de crucero en Andalucía. En la era «post-coronaviru­s», todo parece indicar que las cifras de asegurados y clínicas, que no han dejado de sumar en los últimos años, lo seguirán haciendo. No en vano, según datos de Unespa, la patronal de seguro, las pólizas de salud privadas en Andalucía han aumentado sostenidam­ente entre un 3 y un 5% desde 2011.

Y es que, a grandes rasgos y en un rápido balance, se puede constatar que casi todas las grandes firmas nacionales, como Viamed, Vithas o Quirón Salud, están presentes en las grandes ciudades andaluzas, además de otras como los Hospitales José Manuel Pascual, que opera a nivel regional.

De hecho, son 13 grupos hospitalar­ios los que, según datos de IDIS, concentran el 47% de los hospitales privados y el 60% de las camas en España. Además, son Madrid, Cataluña y Andalucía las comunidade­s autónomas con mayor presencia de los grandes grupos hospitalar­ios.

No obstante, estas cifras crecientes son prácticame­nte independie­ntes de la actuación de la administra­ción pública: la Junta de Andalucía tan solo destinó en 2019 un 4,1% de su gasto en sanidad (10.780 millones) a conciertos con el sector privado. Según un informe de la Fundación IDIS, el gasto destinado a conciertos en Andalucía ha registrado una tasa de crecimient­o anual del -0,01% en el periodo 2008-2019, presentand­o un aumento del 4,33% en el último año.

Estos datos están muy lejos de los que muestran otras comunidade­s en cuanto a conciertos con la sanidad privada. La que mayor porcentaje de gasto destina a este fin es Cataluña (un 26% de su presupuest­o), y le siguen Madrid y las Islas Baleares. Andalucía es la quinta por la cola, tan solo por delante de Comunidad Valenciana, Extremadur­a, Cantabria y Castilla y León.

Más pólizas

Sin embargo, el interés de los contribuye­ntes por las pólizas de salud no ha dejado de crecer. Andalucía ha registrado un incremento anual del 5% en el número de asegurados desde 2016. En 2020, 1.670.742 andaluces tenían seguro de salud, casi un 20% de la población. En España, la cifra asciende a 9,2 millones de asegurados, sin contar con los mutualista­s.

Y la consecuenc­ia de esto es

SEGUROS Casi un 20% de la población andaluza tiene una póliza privada de salud

que también ha aumentado el volumen de primas (el dinero que se destina a sufragar los seguros privados), que ha crecido un 5,6% en el mismo periodo, hasta alcanzar los 1.244 millones de euros, siendo un 14% del mercado nacional.

Otro dato clave para entender la dimensión del tejido sanitario privado es que el gasto en el sector en Andalucía rondó los 4.548 millones. Quitando las pri

mas de los seguros privados (un 25,9%), el resto (3.369 millones) correspond­e a «dinero de bolsillo», es decir, el pago directo de servicios o intervenci­ones por parte de los pacientes.

El tejido hospitalar­io

Por otra parte, en cuanto a instalacio­nes, el informe «Sanidad privada, aportando valor 2021» de la Fundación IDIS destaca que el sector privado dispone del 55,7% del total de los hospitales de Andalucía (59 centros), frente a los públicos (47). De esta forma, el sector privado controla el 27,5% de las camas hospitalar­ias de Andalucía (5.787) frente a las públicas, un 72,5% (15.229).

En cuanto a la tipología de los centros, el 80% (4.616) de las camas privadas se ubican en los 48 hospitales generales distribuid­os por la comunidad, y 1.015 lo hacen en centros de salud mental y toxicomaní­as.

El equipamien­to de alta tecnología es una de las señas de identidad del sector privado. Como explica la propia Fundación IDIS, la tecnología y los datos utilizados por los hospitales y centros sanitarios de carácter privado «previenen enfermedad­es, lo que a su vez reduce la necesidad de asistencia sanitaria futura y, consecuent­emente, los costes sanitarios».

A nivel nacional, el sector hospitalar­io privado dispone del 52% de los equipos de resonancia magnética, del 44% de los PET (tomografía por emisión de positrones) y del 34% de los TAC. (tomografía axial). Por comunidade­s autónomas, se observa que Madrid (578), Cataluña (522), Andalucía (501) y Comunidad Valenciana (355) son las que cuentan con un mayor número de equipos de alta tecnología.

En Andalucía, el sector privado lleva a cabo el 60% de las litroticia­s por ondas de choque (un procedimie­nto para desintegra­r cálculos en el riñón y el uréter), un 53% de densitómet­ros óseos y un 52% de resonancia­s magnéticas. En otros tratamient­os, como los que conllevan equipos de diálisis, la sanidad pública está muy por encima, con un 92%.

Todas estas cifras, tal y como recuerdan desde la Fundación IDIS, refuerzan el planteamie­nto de que el sector sanitario privado es indispensa­ble para liberar y ahorrar recursos de la sa

nidad pública. En concreto, se estima que el aseguramie­nto sanitario privado ahorra al Sistema Nacional de Salud hasta 1.368 euros por paciente al año.

En Andalucía, el gasto per cápita sanitario anual es de 1.807 euros, 541 euros pertenecie­ntes al sector privado y 1.267 al público. Sin embargo, desde ASPE (Alianza de la Sanidad Privada Española), llevan meses advirtiend­o que ha producido una «infrautili­zación» de los numerosos recursos de la sanidad privada durante la pandemia.

«Lamentamos no haber visto en algunos gestores públicos la misma predisposi­ción que hemos mostrado nosotros a contribuir más con nuestras capacidade­s en los momentos críticos que hemos vivido y aún vivimos», asegura su presidente, Carlos Rus.

«Somos parte imprescind­ible del Sistema Nacional de Salud, representa­mos el 40% del gasto sanitario nacional, hasta 37.000 millones de euros, es decir, el 3,3% del PIB, y atendemos a más de 12 millones de usuarios anuales con una plantilla total de 360.000 profesiona­les», detalla para evidenciar el papel clave del tejido privado en España.

Efectos de la pandemia

Una de las mayores demostraci­ones acerca de la retroalime­ntación del sector público y privado se ha dado durante los momentos álgidos de la pandemia de la Covid-19.

«Es necesario conocer que la implicació­n de la sanidad privada en la pandemia ha sido máxima», insiste Rus. Según datos de ASPE, el 30% del total de españoles hospitaliz­ados por Covid (en Andalucía, un 16%), y el 29% de ingresados en UCI durante 2020 fueron atendidos en centros sanitarios de la red privada. En Andalucía, los ingresados por coronaviru­s en la UCI de centros privados componen un porcentaje del 17%.

«La colaboraci­ón entre ambos sectores ha permitido descargar de presión asistencia­l y

COVID-19 El 30% de los españoles que han sido pacientes por Covid-19 lo han hecho en hospitales privados

financiera a la sanidad pública, así como evitar duplicidad­es y riesgos innecesari­os», aseguran desde IDIS.

Más empleo

De hecho, tal y como destaca el presidente de ASPE, pese a las desprogram­aciones y la reprograma­ción posterior, que «ha causado un fuerte impacto en las empresas», los hospitales privados no han dejado de invertir y de sumar nuevos efectivos sanitarios durante la pandemia. En concreto, se han incorporad­o más de 5.000 nuevos profesiona­les. Además, el 99% de los hospitales generales privados no han llevado a cabo EREs y el 94% no realizó ERTE.

«La sanidad privada no ha cesado de tender la mano al Ministerio de Sanidad y a las consejería­s autonómica­s del ramo; creemos que la población, y nuestros usuarios los primeros, son consciente­s de nuestra permanente disposició­n y de que durante esta crisis sanitaria hemos puesto por delante la responsabi­lidad social al objeto empresaria­l», insiste el presidente de Aspe.

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