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El ‘kilómetro cero’ del desarrollo europeo del hidrógeno verde
La sede del Inta en el Arenosillo inició la investigación sobre este vector energético y ahora la provincia concentra las mayores inversiónes para su aplicación en la industria
La transición hacia un mundo que prescinda de los combustibles fósiles ha provocado que empresas y administraciones pongan el foco en el hidrógeno verde. Este vector energético –que se produce con energías renovables y agua– puede reemplazar los usos del gas natural... Y Huelva está cerrando el círculo de su desarrollo. El ‘kilómetro cero’ de su investigación tecnológica en España se encuentra en la sede del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial en El Arenosillo, donde fueron pioneros en el ensayo de sus aplicaciones hace más de tres décadas. «Se empieza a estudiar su producción y almacenamiento en 1989, con un interés asociado al desarrollo de sistemas regenerativos de aplicación en el Espacio, que involucran el uso de generación de hidrógeno en electrolizadores a partir de energía solar fotovoltaica, y su posterior reconversión en pila de combustible para la generación de energía eléctrica», recuerda Fernando Isorna, jefe del Laboratorio de Sistemas de Energía del CEDEAInta. Tanto en la Junta como en INTA «se decidió apostar por este esquema como medio de almacenamiento de energía renovable, replicándolo y adaptándolo a condiciones y aplicaciones estacionarias terrestres».
Gracias a ese impulso surgió la planta experimental que se construyó en El Arenosillo en 1991 «con un campo fotovoltaico de 8 kW acoplado directamente en corriente continua a un electrolizador alcalino de 5 kW». Su diseño, desarrollo, construcción y puesta en marcha «supuso un gran desafío» que se tradujo en «disponer en Huelva de la segunda planta de producción de hidrógeno solar, a escala de planta piloto, que se construyó y ensayó en Europa, solo por detrás de una planta inaugurada poco tiempo antes en Alemania».
A partir de este hito en 1994 se complementó la instalación de producción con avanzados sistemas de almacenamiento basados en diferentes tecnologías (baja y alta presión e hidruros metálicos) y se materializaron en paralelo diversos proyectos sobre la generación de energía eléctrica con pilas de combustible, utilizando el hidrógeno obtenido en la planta de producción. «A partir de este germen, otros grupos de I+D andaluces se involucraron progresivamente en proyectos relacionados con estas tecnologías, lo que ha dado pie a lo largo de los años a la formación de expertos andaluces en este campo que hoy día prestan sus servicios en empresas y centros de investigación de toda España y Europa».
La experiencia acumulada en la operación y ensayo de las instalaciones del INTA ha permitido conocer de primera mano las ventajas e inconvenientes (o barreras) de estas tecnologías. «Ello nos ha permitido avanzar en nuevas líneas en el ámbito del almacenamiento energético, basadas sobre todo en el concepto de microrredes, en el que el hidrógeno se combina con otras tecnologías de almacenamiento de energía, sobre todo renovable, para satisfacer las demandas energéticas de los usuarios, tanto en aplicaciones estacionarias como en movilidad eléctrica, buscando siempre la eficiencia, la seguridad, la fiabilidad y la economía de las soluciones que se proponen».
Este sustrato investigador se localiza en una de las provincias españolas en las que ahora se concentran algunos de los mayores proyectos de inversión en la UE para del desarrollo de este vector energético. Cepsa lidera el consorcio Valle Andaluz del Hidrógeno (que contempla la transformación de su refinería gracias a la incorporación del hidrógeno verde), y en la que participa Atlantic Copper y Grupo Fertiberia; e Iberdrola promueve el clúster Puerta de Europa. «Vamos a ser el centro del hidrógeno renovable en Europa; y esto se debe a que no se trata solo de una fuente energética, también es una materia prima para producir amoniaco o metanol, y aquí están las empresas que pueden impulsar el desarrollo de estos productos»,
FIRMAS COMO GABITEL SE HAN SUMADO AL SECTOR, CON LA CREACIÓN DE UNA CÁTEDRA
afirma Rafael Romero, director gerente de la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva (Aiqbe). En Huelva se consume actualmente más de un tercio de todo el hidrógeno de España, «y el gran desarrollo se producirá haya donde ya se gestiona este gas». A ello se le une que la provincia tiene acceso a energías renovables (especialmente fotovoltaica) y que cuenta con un puerto de gran experiencia en logística de productos químicos. «Tenemos una gran oportunidad en España y en Huelva en particular de consolidar esta revolución». Este potencial ha propiciado que actualmente haya más solicitudes de espacio para empresas que el suelo industrial disponible, con el aterrizaje de gigantes como Maersk.
Las empresas locales de base tecnológica también se benefician de esta revolución. Es el caso de Gabitel, una firma con más de 160 profesionales que nació vinculada al sector de las telecomunicaciones y saltó al energético. «Hemos promovido la creación de la Cátedra del Hidrógeno en la Universidad de Huelva, en este momento se requieren profesionales formados en esta nueva tecnología, porque la demanda es altísima», remarca su consejero delegado, Juan Andrés Reales.
Y para cerrar el círculo, la Federación de Empresarios Onubenses promueve el próximo mes de febrero la celebración del primer Congreso Nacional del Hidrógeno Verde en la Casa de Colón, en el que participan las compañías que lideran este sector y donde debe surgir una estrategia coordinada para canalizar el crecimiento de esta energía. Tradición investigadora, grandes proyectos industriales y vocación de liderazgo… en el ‘kilómetro cero’ del hidrógeno se dan las condiciones para seguir encabezando el recorrido de este vector.