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La gestora del ciclo integral del agua practica la economía circular
a economía circular va más allá del tradicional paradigma de extraer, producir, usar y tirar. En vez de destruir, construye capital social, natural y económico y se perfila como el sistema de producción del futuro.
Uno de los ejemplos más cercanos de este tipo de economía lo lleva a cabo Emasagra — empresa participada por Hidralia— que gestiona el ciclo integral del agua en Granada: sus vehículos eléctricos e híbridos se alimentan gracias a la energía generada en una de sus plantas depuradoras de aguas residuales.
Por otro lado, Emasagra y su socio tecnológico, Hidralia, han conseguido transformar la planta depuradora EDAR Sur en lo que hoy se denomina Biofactoría Sur Granada. Gracias a dicha acción, no solo se depuran las aguas residuales generadas para verterlas limpias al medio natural, sino que se ha ido un paso más allá, convirtiendo la biofactoría en una fuente de recursos, ya que sus residuos se transforman en materias primas para otras industrias.
Además, la instalación busca la autosuficiencia ple- na, lo que contribuye al desarrollo sostenible del planeta y a la consecución de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la ONU. Su objetivo: energía 0, residuo 0 y 100% de aguas depuradas reutilizadas.
La biofactoría de Emasagra ha logrado hitos tanto en producción de energía como en la puesta en valor de residuos y la regeneración del agua. Así, la planta ha pasado de alcanzar un 30% de autoabastecimiento de energía en 2010 al 100% conseguido en septiembre de este 2017. Además, de los 17,7 millones de metros cúbicos que se depuran cada año, el 100% es reutilizado para nuevas funciones. En concreto, el 100% de los residuos sólidos generados se reutilizan para la agricultura, con un 24% destinados para el compost y un 76% de aplicación directa en los campos.
Y siguiendo con el círculo, toda la energía generada en los distintos procesos —incluida la digestión de los lodos resultantes de la depuración del agua residual— se reutiliza para alimentar a su flota sostenible de vehículos.
Hidralia es, por tanto, un ejemplo de la aplicación de la economía circular. La empresa considera que los objetivos de la actividad productiva y del ciclo del agua deben causar el menor impacto posible en la natura- leza y luchar contra el cambio climático, y prueba de ello es su gestión sostenible. Además del ejemplo de Granada, destaca el caso de Roquetas de Mar, donde una pequeña picoturbina aprovecha el paso del agua por la red y genera energía que se puede utilizar por cualquier ciudadano para recargar móviles y tablets en el paseo marítimo de la localidad de forma gratuita.
Por otro lado, Hidralia mantiene una «política verde» en todas sus instalaciones, con el mantenimiento de sistemas eficientes de