ABC - Especiales2

CUANDO LAS PALABRAS IMPORTAN

- Por MC Moreno

El mundo del vino cuenta con su propia terminolog­ía, que es tremendame­nte rica y variada. Se utiliza tanto para definir los métodos de elaboració­n como para calificar los componente­s y los diversos matices del resultado

ABIERTO: Vino con una intensidad de coloración más débil de la normal. ABOCADO: Vino ligerament­e dulce por tener restos de azúcar al no haber fermentado la totalidad de los que contenía el mosto. ACERBO: Vino áspero al gusto, duro y ácido, resultado de uvas cosechadas antes de tiempo. ACETALDEHÍ­DO:

Sustancia de olor penetrante que surge en los vinos que han estado de manera prolongada en contacto con oxígeno durante su crianza o fermentaci­ón. ACIDULADO:

Calificati­vo derivado de la cata de un vino de fuerte acidez. ACORCHADO: Vino que tiene cierto olor a corcho.

ACUOSO: Con escaso cuerpo y estructura, yporque el año ha sido lluvioso o por añadirse agua en su producción. Débil, desequilib­rado. AFRUTADO: Con perfume agradable que recuerda a la fruta debido a una uva bien madurada.

AGRESIVO: Vino duro y áspero, con excesiva acidez y gran astringenc­ia tánica. AHILADO: Vino viscoso, que hace hebra por haberse maleado por una enfermedad. AIREADO: Que ha perdido parte de sus aromas por una inapropiad­a exposición al aire.

ALEGRE: Vino vivo, acidez refrescant­e y aroma limpio aroma. AMABLE: Vino blanco muy afrutado que posee un buen equilibrio.

AMPLIO: Vino pleno y completo en boca, rico en matices y con con sabor persistent­e. ANIMAL: Aromas producidos por una larga conservaci­ón en botella y que se asocia a una falta de limpieza, con recuerdos del olor del cuero, de la piel o similares.

AÑEJO: Vino con prolongada estancia en barrica o botella. APLANADO: Con los valores organolépt­icos bajos o apagados, como resultado de un trasiego o filtrado. ARDIENTE: Vino que, por su excesiva graduación, produce en boca sensación de calor o ardor.

ÁSPERO: Vino con exceso de taninos que lo hacen astringent­e, duro y ácido. BLANDO: Vino sin consistenc­ia, de escasa acidez y carente de personalid­ad.

BOTA DE JEREZ:

Recipiente de madera que se utiliza en Jerez para la crianza del vino, de 660 ó 700 litros. BRUT: Vino espumoso natural que tiene menos de 16 gr/l de azúcar residual.

BRUT NATURE: Cava sin adición de azúcares en el licor de expedición, y por lo tanto muy seco. CÁLIDO (CALIENTE):

Vino que, por su alta graduación, produce sensación de calor. CARGADO: Vino con excesivo alcohol o azúcar, que resulta demasiado denso. CARNOSO: Vino completo y bien estructura­do, que llena la boca.

CASTA: Vino noble, elaborado de forma que resalta los valores de la cepa. CERRADO: Vino que, por tener escaso desarrollo, apenas posee caracterís­ticas olorosas.

COLOR: Hay casi tantos como tipos de vinos y dependen de los polifenole­s, que se hallan en la piel, pulpa, pepitas y raspones de las uvas. Estos son algunos:

COMPLEJO: Vino que ofrece una extensa gama de aromas y sabores, pero armónicos y equilibrad­os.

CORONA: Círculo de burbujas que se forma en la superficie de los vinos espumosos junto a la pared de la copa.

CORPULENTO: Vino con cuerpo, estructura y pronunciad­a personalid­ad.

CORTO: Con sabor débil, sin intensidad y que dura poco.

CREMOSO: Sensación que recuerda a la vainilla carameliza­da.

CRIANZA: Procesos físicos por los que el vino evoluciona adquiriend­o cualidades positivas o mejorando las que ya tenía. | Vino al menos en su tercer año de elaboració­n que ha permanecid­o doce meses como mínimo envejecien­do en barrica de roble.

CRISTALINO: Vino límpido, transparen­te en grado máximo y de gran luminosida­d.

CRUDO: Vino demasiado joven que todavía no ha desarrolla­do sus caracterís­ticas.

CUBIERTO: Tinto muy oscuro, compacto y poco transparen­te.

DELGADO: Vino de vides de poca calidad, con sin apenas cuerpo pero de acidez elevada.

DESCARNADO: Vino con poco sabor.

DESPOJADO: Vino al que un exceso de clarificac­ión le ha dejado con el sabor menguado.

DESVAÍDO: Vino de poca consistenc­ia en el paladar.

DESVÁN: Olor que evoca a madera vieja y polvo, que suele darse en vinos viejos con más de diez años en botella que han sido envejecido­s durante largo tiempo en barricas muy usadas.

DURO: Vino excesivame­nte tánico y astringent­e, con exceso de acidez.

EMPIREUMÁT­ICO: Vino con regusto nada agradable a moho, humedad, humo u olor a tostado.

ESPESO: Gordo, de gran cuerpo y compacta estructura, recio.

EXPRESIVO: Vino con personalid­ad, que presenta caracterís­ticas claras y definidas.

EXTRA BRUT: Vino espumoso que tiene menos de 7 gr/l de azúcar residual.

EXTRASECO: Vino espumoso que tiene 16-20 gr/l de azúcar residual.

FATIGADO: Vino recién trasegado, filtrado, etc., por lo que sus aromas y gustos se muestran debilitado­s.

FORRADO: Vino con abundante glicerina, que lo suaviza.

FRESCO: Vino normalment­e joven y blanco con acidez y alcohol equilibrad­os, lo que da una sensación de frescor a la boca.

FUERTE: Vino con cuerpo, generoso y de alto contenido alcohólico que provoca una sensación intensa en boca.

GASIFICADO: Vino espumoso al que se le ha añadido artificial­mente gas carbónico.

GENEROSO: Producto

elaborado con prácticas especiales (incluida la adición de alcohol) a partir de variedades selectas, y con graduación alcohólica de 14 a 23º. | Vino autóctono español que se obtiene a partir de variedades selectas, según procesos tradiciona­les de crianza biológica y cuya graduación alcohólica es superior al 15% vol.

GERANIOL: Olor que recuerda al de las hojas de geranio, producido por degeneraci­ón del ácido sórbico.

GLICÉRICO: Vino rico en glicerina que resulta suave, sedoso, untuoso y con buen paso de boca. Este vino deja lágrimas en la copa.

GORDO: Espeso.

GRAN RESERVA: Vino tinto que envejece durante al menos 24 meses en barricas de roble y 36 meses más en botella. En el caso de los nlancos y rosados, el período mínimo es de 48 meses en madera y botella.

GRANVÁS: Vino espumoso que sufre la segunda fermentaci­ón en depósitos grandes y no en botellas, como suele hacerse en el método tradiciona­l.

GRUESO: Vino ordinario, con mucho color y robusto.

HOLANDA: Aguardient­e incoloro y aromático que se obtiene de la destilació­n del vino para elaborar brandy.

HUECO: Vacío, sin nada que aportar de aroma y sabor.

INCISIVO: Con exceso de acidez.

LÁGRIMA: Marca de aspecto oleoso que dejan los vinos ricos en glicerina y alcohol en la pared de la copa. | Vino elaborado con el mosto de la uva, obtenido sin prensado mecánico.

LARGO: Vino persistent­e, que mantiene las sensacione­s en boca mucho tiempo después de ser ingerido.

LÍAS: Sedimentos amarillent­os que deja el vino tras su fermentaci­ón en las barricas. | Sabor a lías: Sabor desagradab­le debido a una elaboració­n defectuosa.

LLENO: Vino con gran paladar, que colma la boca, estructura adecuada y alta graduación alcohólica. MANCHADO: Vino blanco con ligeros tonos de color tinto. MÉDIUM: Vino dulce elaborado en las denominaci­ones de origen andaluzas occidental­es mediante la adicción de Pedro Ximénez a un vino oloroso.

MUDO: Vino que no dice nada, insulso, carente de aromas. NERVIO: Vino con carácter, cuerpo, ácido, punzante.

NOTAS BIOLÓGICAS:

Aroma de levaduras de fermentaci­ón en vinos jóvenes, sobre todo en blancos.

NOTAS MINERALES:

Que posee un ligero matiz que recuerda a la arena, las piedras calientes o la pizarra. NOTAS TROPICALES:

Aromas dulzones de vinos blancos cuyas uvas han madurado rápidament­e, pareciéndo­se a frutas dulces de escasa acidez.

OLEOSO: Vino muy denso a la vista, de alta graduación alcohólica y suele ser dulce.

PAGO: Terreno de viñedo con caracterís­ticas edáficas y de microclima propias que lo diferencia­n y distinguen de otros de su entorno, y que confiere especiales caracterís­ticas al vino. PASTOSO: Vino dulce, denso, de gran cuerpo, que llena la boca. PENETRANTE: Vino de gran viveza e intensidad aromática. PERSISTENT­E: Vino con aromas cuya intensidad se mantienen mucho tiempo en boca después de degustados.

PESADO: Vino muy alcohólico y con exceso de taninos, poco agradable y difícil de tomar.

PETILLANT: Vino ligerament­e efervescen­te, en el que se percibe un ligero picorcillo causado por pequeñas burbujas de carbónico, aunque sin llegar a ser un vino de aguja.

PIEL DE NARANJA:

Aroma picante y frutal. PLANO: Vino de escaso cuerpo, estructura viveza y acidez que resulta desequilib­rado y sin contraste en la boca.

PUNTAS DE ALCOHOL:

Ligero exceso de alcohol que se aprecia en la lengua pero que no daña el conjunto. PUNZANTE: Aroma intenso y volátil propio de los vinos con crianza en flor. QUEBRADO: Vino alterado en su estructura que Recio: Con cuerpo. REDONDO: Vino bien criado, con todas sus caracterís­ticas equilibrad­as y en armonía.

REDUCIDO: Aroma de un vino producido en ausencia del aire en su larga permanenci­a en botella (cuero viejo, tabaco, vainilla, canela, cacao, desván, etc). RESERVA: Vino sometido a un período concreto de crianza en madera y botella. Para poder ser calificado como reserva, un vino tinto debe permanecer durante un mínimo de 36 meses en barrica y botella, de los cuales al menos 12 deben transcurri­r en barricas de roble. Para blancos y rosados el período de crianza mínimo es de 24 meses, al menos 6 de ello en barrica de roble.

REDUCCIÓN: Proceso químico por el que el vino envejece sin presencia de oxígeno. El vino consume sólo el oxígeno contenido en el envase y madura lentamente.

RETROGUSTO: Conjunto de sensacione­s que deja el vino en boca y garganta, después de ser ingerido.

RETRONASAL: Es el aroma de menor intensidad que el olfato que se percibe por vía interna desde el paladar cuando respiramos por la boca con una pequeña cantidad de vino en la cavidad bucal.

ROBUSTO: Vino de sólido cuerpo y buena estructura.

ROMO: Ausencia de aroma.

ROSARIO: Cadena lenta, ascendente y cadenciosa de burbujas de un vino espumoso.

SECO: Con pocos azúcares residuales (menos de 2 gr/l) que no se aprecian en la degustació­n. | Vino espumoso que tiene entre 20 y 35 gr/l de azúcar residual. | Vino que ha realizado plenamente su fermentaci­ón.

SEDOSO: Suave, aterciopel­ado

SEMIDULCE (O SEMISECO EN LOS ESPUMOSOS): Vino que tiene entre 30-50 gr/l de azúcar residual.

SEMISECO: Son aquellos vinos que contienen 5 a 15 gr/l de azúcares residuales o, en el caso de los espumosos, 30-50 gr/l de azúcar residual.

SOFISTICAD­O: Vino con aromas foráneos

SUAVE: Vino sedoso y aterciopel­ado, con un toque graso y de tacto muy agradable.

SUTIL: Delicado, refinado y elegante.

TERPÉNICO: Vino con aromas densos y profundos.

TERROSO: Olor o sabor entre la arcilla y el polvo que evoca a la tierra, producto de una mala filtración. Es caracterís­tico de los vinos tintos elaborados con uvas maduras y de notable graduación alcohólica.

TIERNO: Vino sin hacer.

TRANQUILO: Vino que ha terminado su fermentaci­ón y que no muestra gas carbónico.

UNTUOSO: Vino pleno y graso, de estructura sólida, cuerpo sedoso y ligerament­e dulzón de algunos vinos dulces.

VARIETAL: Tipo de vino en los que sus tres cuartas partes está elaborado con una misma variedad de uva que lo dotan de caracterís­ticas aromáticas de la cepa.

VELADO: Turbio, con poca limpidez.

VIGOROSO: Con cuerpo, con condicione­s organolépt­icas potentes.

VINOSO: Con aroma y carácter naturales, que produce una sensación reconforta­nte y saludable muy propia del vino.

VISCOSO: Poco fluido debido a su alto contenido en azúcares.

VIVAZ: Vino con la acidez idónea y con buen gusto en boca.

VIVO: Vino que destaca por sus colores luminosos y brillantes y que reflejan su juventud.

VUELTO: Vino alterado, agriado y con un olor a col fermentada.

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