¿BOLIVIA COMO EJEMPLO?
El viaje de Mariano Rajoy, a Argentina demuestra que el interés que tiene España en los asuntos iberoamericanos no es sólo cultural y, en muchos sentidos, fraternal, sino también a causa de la coyuntura económica que nos afecta a los españoles. Hay que tener en cuenta, por una parte, que pueden surgir tensiones que afectan, incluso mucho, a las muy importantes conexiones inversoras españolas en el conjunto iberoamericano. También por lo que respecta a nuestras exportaciones.
España tiene en estos momentos una preocupación triple ante la situación económica internacional. Por un lado, por la poco clara coyuntura europea, soporte de un alto porcentaje de nuestras exportaciones. Pero además, también tiene que preocuparnos el conjunto de la economía americana, muy vinculada con la de los Estados Unidos y, además, de modo creciente con el mundo asiático, sobre todo con el de las zonas del Pacífico.
La coyuntura iberoamericana está además afectada por la europea y eso convierte a la región en algo que ciertos políticos iberoamericanos tratan de ocultar, aprovechando que, de momento, no se experimenta ninguna gran convulsión. De ahí el interés de unas declaraciones efectuadas por Enrique García Ayaviri, economista boliviano, y presidente de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas, efectuadas al diario «La Razón» de La Paz . El Dr. García Ayaviri señala que la población parece ilusionada porque las cifras de ingresos de los trabajadores han crecido de manera clara con un gobierno que se titula socialista. Pero él se ve obligado a señalar que lo que sucede puede ser un «fuego artificial» porque, cuando aparecen estas declaraciones en marzo de 2018, ese auge en la población activa boliviana sólo «dura si esos beneficios vienen de su productividad, pero no dudarán si este ingreso se origina en un hecho histórico, en que el mineral ha subido de 10 a 20 dólares porque no está garantizada «la caída de los precios de los minerales» y en ese caso «Bolivia sufriría ante todo un retroceso en los avances sociales que se han hecho artificialmente más que realmente». El avance real que pide es el de que se tengan «mejores caminos, mejor suministro de agua, escuelas sin vidrios rotos, que el estudiante boliviano sea más competitivo», no los progresos simplemente salariales.