La doble alegría de Isco Alarcón
Consolidado en la selección española, el malagueño celebra que ahora tendrá a Lopetegui como jefe en el Madrid
A Isco, como al resto de los internacionales, le cuesta hablar del adiós de Lopetegui. Sabe que cualquier frase de más será observada con lupa, que un halago desmedido podría ser entendido como un desprecio a la realidad actual de la selección. El malagueño, por eso, medita bien sus palabras, incluso aunque ello conlleve unos segundos de incómodo silencio. Al igual que el resto de sus compañeros del Real Madrid, Isco tiene que lidiar con el añadido de que una vez termine el Mundial, Lopetegui volverá a estar ahí. ¿Es una buena noticia que haya fichado por el Real Madrid? E Isco se lo piensa, hasta que al final responde: «Sí, es un entrenador que conozco desde hace muchos años, hemos coincidido en todas las categorías inferiores de la selección. En los momentos donde no tuve protagonismo en mi equipo, me dio confianza y es un grandísimo entrenador».
Y es cierto. Si Isco ha sentido la marcha de Lopetegui nadie se lo puede reprochar. Con él se proclamó campeón de Europa sub 21 en Israel, en 2013, realizando un torneo maravilloso junto a Morata, Thiago o Rodrigo. Y fue el vasco también quien le dio galones en la absoluta desde el primer momento.
Fue más que significativa la primera lista oficial de Lopetegui. Isco se quedó fuera por unas molestias, y el vasco quiso reivindicar su figura: «Si hubiera estado bien habría venido». No lo hizo con nadie más, y cobra mayor importancia porque en aquellos momentos, como en muchos otros después, Isco estaba muy lejos de ser titular en el Madrid.
Grandes números
A la siguiente convocatoria, ya sin molestias pero aún en el banquillo, Lopetegui no tuvo dudas y le llamó. Isco ha respondido a esa confianza con unos números superlativos en la selección. Con el vasco ha disputado 15 de sus 29 partidos como internacional, y en ellos ha sumado nueve goles y dos asistencias, unas cifras nada despreciables que le colocan como el segundo mejor anotador de esa era, solo por detrás de Silva. Isco, además, fue el principal artífice del triunfo por 3-0 ante Italia en el Santiago Bernabéu que encarriló de forma definitiva la clasificación para el Mundial. Y también encandiló en el Metropolitano con tres goles en el 6-1 a Argentina. Mientras en el Madrid de Zidane no terminaba de encontrar su sitio, cada vez que acudía a la llamada de Lopetegui eclosionaba como jugador de clase mundial. La selección se convirtió en la mejor vía de escape. En todo este tiempo, Isco ha pasado de secundario a estrella de España, a ser el principal reclamo de la nueva selección. Ha sido, con diferencia, el nombre más coreado por los aficionados durante los partidos de clasificación.
Rusia es la primera gran competición a la que acude Isco. Se quedó a las puertas de estar en la Euro 2016, pero fue el último descarte de Del Bosque junto a Saúl. Razón suficiente para olvidar cuanto antes el asunto Lopetegui y centrarse en ganar el Mundial. «No voy a engañar, sí que ha pasado algo, pero la ilusión que tenemos es superior a cualquier cosa que pueda ocurrir». Lopetegui se empeñó en que Isco fuera importante en la selección. A partir de julio intentará lo mismo en su nuevo club.
CONFIANZA Con el vasco pasó de secundario a estrella y a ser el segundo máximo goleador del equipo