La España de los balcones
En mi opinión, y creo que es generalizada, el señor Pablo Casado no ha estado muy acertado al declarar su intención de representar a «la España de los balcones». «La España de los balcones» es una cosa muy seria y no hay que banalizarla. No es ni será del PP, ni del PSOE, ni de Ciudadanos, ni de Podemos, ni de derechas, ni de izquierdas, ni de centro. No es patrimonio de nadie y de ningún partido político. Es solo patrimonio de España. Sus componentes, que están detrás del balcón, pueden otorgar su voto puntual a cualquier partido, pero en su conjunto está pacífico, a la expectativa, y solo se mueve a la hora de la verdad.
Por poner un símil, «la España de los balcones» son los espectadores de un circo (sin acritud ninguna) en el que los actores son los políticos (dicen que más de medio millón, muchos para una pista circense) que cocinan un sabroso y precioso pastel (que es España) y que aquellos, silenciosos, vigilan para que no se le seccione una porción (y menos diecisiete). Esa «España de los balcones» es la que puede aplaudir el espectáculo o bien anularlo. El señor Pablo Casado, aun con buena intención, no ha estado acertado. «La España de los balcones» ni quiere ni necesita etiquetas.