ABC (Galicia)

Rusia, a la altura del torneo

Un autogol egipcio abrió el partido. Marcaron Cheryshev y Dzyuba, y Salah dejó su firma en su debut con un penalti

- HUGHES MOSCÚ

Rusia ha encontrado un equipo muy definido y con varios recursos. Salió cómo acabó contra Arabia Saudí, con Dzyuba arriba, Cheryshev en la banda y Golovin en la mediapunta. El equipo así adquiere otro aire: velocidad en las bandas y el recurso de Dzyuba, que es un delantero para una mudanza y al que se le pueden echar hasta cuadradas porque también las baja.

Rusia empezó con ganas, mejor que Egipto. Paró El-Shenavy una ocasión y luego ya tuvo más aproximaci­ones que peligro. Muy bien el medio Zobnin y la velocidad del equipo, pero abusaron de los balones colgados hacia Dzyuba, siempre con un egipcio encima. Golovin estaba fino, pero no tenía espacios y fue dejando el protagonis­mo a los compañeros. Cúper había controlado el primer empuje del anfitrión, y Egipto empezó a estirarse por el lado izquierdo con Trezeguet, que en nada se parece al jugador que le dio el apodo.

Debutó Salah por fin y tardó media hora en aparecer. En el 33 acudió con peligro a un balón colgado al segundo palo, luego armó una contra fulgurante al estilo Liverpool, pero sin un Firmino que le acompañara. El delantero Mohsen, no obstante, es correoso y trabaja mucho. En el 41 disparó Salah con intención ese tiro suyo similar al de Messi, y fue quizás la mejor ocasión de la primera parte. Egipto se había repuesto al inicial dominio ruso. La posesión estaba repartida y el partido equilibrad­o. Defensas fuertes y balones a los nueves. No había un claro predominio.

Cambio de guión

Al volver del descanso se deshizo el partido por un autogol de Fathi, que estuvo realmente «fathídico». A Cúper le cambió el rostro. Egipto no buscaba tanto a Salah como a Mohsen. Salah sin la orquesta arrebatada de Klopp alrededor no es lo mismo. Está peor que Messi, pero se resigna. No roban tan arriba, no hay ritmo, no le ofrecen una pared...

Rusia se desató con el gol y tuvo minutos de muy buen juego. El 2-o de Cheryshev, que ha marcado más en el Mundial que en todo el año, fue una jugada rapidísima por del lateral Fernández , pero el inicio era otro balón bajado por Dzyuba. El tercero siguió parecido mecanismo: un balón de área a área que Dzyuba baja con su pecho (en el que podría bajar un televisor o un microondas), se gira y remata. Golazo pero imperdonab­le candor del central Hegazi, que hizo de acompañami­ento como los famosos en Mira Quién Baila. Cúper se desesperab­a porque Egipto había dicho adiós al partido con un autogol y con una jugada muy simple.

Con el partido perdido, apareció Salah para obtener un penalti con una diablura al borde del área. En realidad se lo sacó al VAR, que altera algunas proporcion­es goleadoras. Es el décimo penalti del torneo. Con los cambios, los últimos minutos fueron para alguna contra rusa y para advertir el valor de Zobnin, centrocamp­ista del Spartak. Egipto estaba ya para pocas cosas. Entró un jugador llamado Kahraba, qué más decir.

La afición ruso vibró ya sí de un modo especial con Rusia. Hubo una ola, hubo ovaciones y hubo una piña . El equipo responde al Mundial.

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EFE Denis Cheryshev celebra su tercer tanto en el Mundial

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