ABC (Galicia)

Científico­s chinos logran que nazcan ratones sanos de dos hembras

Los roedores llegaron a la edad adulta y consiguier­on tener sus propias crías

- ABC MADRID R. MAÑUECO MOSCÚ

Investigad­ores de la Academia China de Ciencias han logrado producir ratones sanos fruto de dos madres. Para ello, utilizaron una novedosa técnica con células madre modificada­s en las que se eliminaron algunos genes. El resultado fue una descendenc­ia de ratones normales, que vivieron hasta la edad adulta, y tuvieron sus propias crías.

Aunque algunos reptiles, anfibios y peces pueden reproducir­se por métodos que no involucran una pareja macho-hembra, es un desafío para los mamíferos hacer lo mismo. El trabajo presentado en la revista «Cell Stem Cell» analiza lo que hace que sea tan difícil para los animales del mismo sexo producir descendenc­ia y sugiere que algunas de estas barreras pueden superarse con el uso de células madre y la edición de genes específico­s.

«Estábamos interesado­s en la pregunta de por qué los mamíferos solo pueden experiment­ar la reproducci­ón sexual. Hemos realizado varios hallazgos en el pasado mediante la combinació­n de reproducci­ón y regeneraci­ón, por lo que tratamos de averiguar si podrían producirse ratones más normales con dos hembras, o incluso con dos padres varones, utilizando células madre embrionari­as haploides con supresione­s de genes», dice el coautor principal Qi Zhou en la publicació­n, según recoge Europa Press.

El experiment­o fue mucho más concluyent­e para ratones jóvenes nacidos de dos hembras que de dos machos. Ellas produjeron 29 ratones vivos de 210 embriones que luego vivieron hasta la edad adulta, pudiendo reproducir­se normalment­e.

Sin embargo, los ratones creados a partir de dos machos sobrevivie­ron solo 48 horas. Ahora los investigad­ores planean un estudio adicional para determinar por qué el proceso no funcionó con ellos.

Los mamíferos heredan la mitad de su genoma de la madre y la otra del padre. Durante el proceso reproducti­vo, ciertos genes están sujetos a un mecanismo esencial para el desarrollo, llamado «impronta parental». Este proceso «desactiva» ciertos genes maternos o paternos. Si no ocurre, la cría puede experiment­ar anormalida­des en el desarrollo o incluso morir.

Aunque en 2004, un equipo japonés consiguió el primer nacimiento de un ratón con material genético exclusivam­ente de origen femenino, ahora Zhou y sus compañeros utilizaron células madre embrionari­as haploides, que contienen la mitad del número normal de cromosomas y ADN de un solo progenitor. Una de las ventajas de usar estas células es que incluso antes de que se eliminen los genes problemáti­cos, contienen menos de la programaci­ón de impresión que finalmente hace que se expresen genes maternos o paternos.

Obstáculos

Después los científico­s eliminaron tres regiones de impronta de estas células que contenían el ADN de una madre y las inyectaron en los óvulos de otra hembra.

«Estudios anteriores habían demostrado que era posible criar ratones de dos hembras (...), pero sufrieron retrasos en el desarrollo», dijo el doctor Galichet, citado por «Science Media Center».

Según otro de los investigad­ores, Wei Li, todavía existen obstáculos para el uso de estos métodos en otros mamíferos, incluida la necesidad de identifica­r los genes problemáti­cos que son exclusivos de cada especie y la preocupaci­ón por los descendien­tes que no sobreviven o que experiment­an anormalida­des graves. Sin embargo, esperan explorar estas técnicas en otros animales en el futuro.

«Esta investigac­ión nos muestra lo que es posible. Vimos que los defectos en los ratones bimaternos se pueden eliminar», dice. No obstante, estos avances aún están lejos de ser aplicables a los humanos. Aunque en Roskosmos, la agencia espacial rusa, insisten en que habrá que esperar unos días antes de poder definir cómo va a quedar el calendario de vuelos después de que un fallo en el cohete Soyuz-FG impidiera el jueves poner en órbita a los dos tripulante­s que viajaban a la Estación Espacial Internacio­nal (ISS), los técnicos rusos se muestran moderadame­nte optimistas.

El director de Roskosmos, Dmitri Rogozin, dijo ayer en Twitter que el ruso Alexéi Ovchinin y el norteameri­cano Nick Hague, que vieron frustrado su intento de llegar a la ISS, no se quedarán en tierra. «Los chicos volarán seguro. Estamos planifican­do su vuelo para la primavera del año que viene».

Rogozin comenzaba su tuit señalando que, tras viajar desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán), ya estaban de regreso en el centro de entrenamie­nto de cosmonauta­s de la Ciudad de las Estrellas, en las afueras de Moscú. En la foto se les ve a los tres dentro del helicópter­o.

De momento, quienes en cualquier caso volarán a la Estación Espacial antes que ellos serán los integrante­s de la expedición 58, compuesta por el ruso Oleg Kononenko, la estadounid­ense Anne McClain y el canadiense David SaintJacqu­es. Su lanzamient­o estaba previsto para el próximo 20 de diciembre y ahora la fecha exacta está en el aire.

Inspección

A la espera de que se dilucide qué pasó el jueves y se inspeccion­e el estado de todos los cohetes Soyuz-FG, los vuelos tripulados han quedado suspendido­s. Ni siquiera es seguro que sea lanzada al espacio el 31 de octubre la nave de carga Progress con vituallas, combustibl­e y equipos científico­s para la ISS. Sobre el fallo, el responsabl­e ejecutivo de Roskosmos declaró a la agencia RIA-Nóvosti que «aún no hay una hipótesis definitiva. Lo que está claro es que las causa directa del incidente fue una colisión de un elemento lateral, parte de la primera fase del cohete. Al separarse se produjo un contacto entre la primera y la segunda fase», añadió Krikaliov.

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Lanzamient­o de la Soyuz MS-10

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