El engaño frustrado de la camaleónica Tilda Swinton
La actriz desvela que interpreta dos roles en «Supiria», uno de ellos un anciano de 80 años
Bruja, anciana y hasta David Bowie. Cuando suena el ¡acción! de rigor y las cámaras empiezan a rodar, Tilda Swinton puede ser quien quiera. Lo ha hecho en numerosas ocasiones en su prolífica filmografía, en la que muestra una obsesión más que ostensible por el maquillaje y sus artificios. Y puestos a desafiar sus límites, por qué no probar con un cambio de sexo.
La excéntrica actriz, cuyo currículum metamórfico oscila entre las arrugas y las pelucas pero casi nunca los recurrentes kilos de más, se desdobla en «Suspiria» en dos roles, uno anunciado en los créditos (Madame Blanc) y el otro bajo una identidad falsa.
Cuando se hizo público el tráiler del remake del clásico de terror de Dario Argento, que ahora dirige el italiano Luca Guadagnino, muchos especularon con el parecido entre la camaleónica intérprete y el Dr. Jozef Klemperer, un psicoanalista octogenario en la cinta. «Noticias falsas», desmintió el realizador en febrero, alentando el misterio incluso con un perfil inventado en IMDb, donde figuraba Lutz Ebersdorf como el actor que interpretaba al personaje a las órdenes de Guadagnino. La cómplice del engaño fue la propia Swinton, que incluso escribió la biografía de ese alemán que debutaba en el cine a los 82 años.
Gracias a exigentes sesiones de maquillaje de hasta cuatro horas, Mark Coulier hizo desaparecer bajo las arrugas a la actriz de 57 años, que ya había envejecido para «El gran hotel Budapest» y se había convertido en un hombre en «Orlando». «Francamente, mi sueño era que nunca hubiéramos
abordado esta cuestión», reconoció Swinton a «The New York Times», frustrada por el descubrimiento. «Mi idea original era que Lutz moriría durante el montaje y le dedicaríamos la película».
La singularidad del trabajo de la actriz, que interpreta a dos de los protagonistas de «Suspiria», fue más allá de lo que es perceptible a simple vista. «Pese a ese aspecto andrógino de modelo de alta costura, tiene una estructura ósea muy femenina», aseguró el maquillador que, además de ensanchar su cuello y desarrollar su mandíbula para que pareciese más masculina, desveló el otro gran secreto de Swinton: la prótesis de un miembro viril. «Tenía unos grandes genitales para sentir cómo colgaban entre sus piernas», admitió Coulier. Todo «por diversión». Y por cumplir la lección de su abuela: «Como decía ella, y este es un mandamiento por el que vivir, “no aburrirás”», confesó Swinton.