Confesiones
La valiente confesión de Pedro García Cuartango, que en una columna titulada «¿Dónde está Dios?» reflexionaba públicamente sobre su falta de fe ha provocado la respuesta de numerosos lectores. «No se preocupe. Dios volverá a llamar a su puerta. Casi todos hemos pasado por esas etapas en donde la fe desaparece, pero si conoció a Dios en su infancia, Él volverá a tocar su puerta. No se puede perder un alma como la suya. Su artículo es una llamada. Estoy segura de que eso le ocurrirá», escribe por lo breve y de forma casi telegráfica
«Interesantes, originales, con trasfondo, las habituales reflexiones de Pedro G. Cuartango en ABC, que cuestiona la existencia de Dios, por causa de una búsqueda personal infructuosa y unos interrogantes esenciales, sin respuesta», señala «La Iglesia católica plantea sobre este tema –sigue su carta– una afirmación inquietante: la fe es un don gratuito de Dios. Niego la mayor. La existencia de Dios no es, no puede ser, un regalo divino de carácter aleatorio, no tendría sentido esta hipótesis, es mi conclusión… La fe es mirar las inmensas y complejas realidades que nos cercan y hacer una dificilísima apuesta por la coherencia, en su más profunda acepción, incluyendo lo inexplicable, intraducible, aparentemente absurdo, incluso cruel… Aficionado a los temas científicos, expongo a Pedro G. Cuartango esta fácil analogía, por si le sirve. La materia oscura y la energía oscura conforman el 23 y el 72 por ciento, respectivamente, es decir, el 95 por ciento, de la materia-energía observable, afirman científicos avanzados. Pero ambas entidades nos son hoy absolutamente desconocidas. ¿Cómo es posible tamaña afirmación sobre entelequias de las que no hemos podido constatar su existencia? Se sabe que existen porque hay