El cónsul saudí abandona Turquía tras saberse que el disidente fue descuartizado
∑Después del registro de la legación de Riad en Estambul, Erdogan apunta a que se manipularon pruebas del asesinato: «Había material recién pintado»
Ldurante el registro se investigó de forma especial el uso de materiales «tóxicos» y «cosas que se eliminaron pintando encima» en los últimos días. Según la emisora CNNTürk, los expertos turcos buscaron rastros de sangre y muestras de ADN de Khashoggi empleando luz especial ultravioleta y un compuesto químico llamado luminol. El equipo accedió a todas las plantas del edificio y el jardín y entre las muestras que se llevó había desde tierra hasta una puerta metálica, informaron los medios locales.
Los expertos abandonaron el lugar de madrugada y pocas horas después se trasladaron hasta la vecina residencia oficial del cónsul, que poco antes salió del país en un avión comercial rumbo a Riad, según los medios turcos.
Poco después de las declaraciones de Erdogan, la CNN afirmó –basándose en testimonios de funcionarios turcos–que el cuerpo de Khashoggi fue cortado en piezas, una tesis que ya adelantó hace días «The New York Times».
Buscar una coartada
En línea con las filtraciones anónimas a los medios, que se producen desde el 2 de octubre y que refuerzan la hipótesis del asesinato del periodista en el interior del consulado, la cadena CNN y el Times adelantaron que los saudíes trabajan en una coartada según la cual estarían dispuestos a admitir la muerte de Khashoggi como consecuencia de «algo que fue mal» durante el interrogatorio al que le sometieron. Esta versión de los hechos explicaría las palabras del presidente Donald Trump tras su última conversación con el Rey Salman, cuando puso sobre la mesa la posibilidad de que «elementos descontrolados» habrían podido cometer el crimen. Estos agentes de inteligencia habrían actuado sin el visto bueno del reino y serán quienes deberán pagar por la muerte del periodista, según esta versión de lo ocurrido.
La tensión entre los dos grandes aliados había subido demasiado en los últimos días, en los que Trump amenazó incluso con sanciones a Riad, y el viaje relámpago de Pompeo sirvió para calmar las aguas y unir los esfuerzos de ambos países a la hora de encontrar «la explicación menos mala posible», en palabras de Frank Gardner, corresponsal para temas de seguridad de la cadena BBC.
Por su parte, los analistas de los medios oficiales saudíes apelan a un complot urdido por Irán, Turquía, Qatar y los Hermanos Musulmanes para explicar el suceso. Analistas saudíes cercanos a la casa real como Khaled Batarfi, mostraron su enfado «por las continuas filtraciones anónimas» ya que «ambos países acordamos mantener el silencio hasta el final de la investigación. Nosotros lo estamos cumpliendo, los turcos no».