Noah Gordon, en tres flashes
Periodismo
Noah Gordon se formó como periodista y durante muchos años trabajó haciendo reportajes científicos en Boston.
Literatura
En 1965 publicó «El rabino», una novela iniciática que le permitió dejar su trabajo como periodista y dedicarse a la literatura.
Éxito
Después de aquel exitoso debut, Gordon no tuvo suerte con sus dos siguientes novelas. Entonces, en 1986, publicó «El médico», que fue llevada a más de treinta países y vendió más de diez millones de ejemplares. Siguen los descubrimientos y la sorpresas en Pompeya. El último permitirá reescribir la historia sobre la antigua ciudad romana sepultada por una erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Hasta hoy en los libros de Historia se fijaba el 24 de agosto como la fecha más probable en que se produjo la famosa erupción. Ahora se cambia: habría sido el 24 de octubre. El hallazgo está en una pared de una casa de Pompeya. Se trata de una inscripción a carboncillo sobre un momento de vida cotidiana, que apoya la teoría de que la fecha de la erupción se produjo en octubre y no en agosto.
Es uno de los importantes descubrimientos de las excavaciones en curso en la Regio V del Parque Arqueológico de Pompeya, en el interior de la llamada «Casa con jardín». «Es un hallazgo extraordinario, porque finalmente se puede fijar de manera segura la fecha de la erupción», dice el director general del Parque, Massimo Osanna. En efecto, la inscripción se remonta a «dieciséis días antes de las calendas de noviembre», o sea, al 17 de octubre. Los arqueólogos creen muy probable que la nota fuera escrita una semana antes de la catástrofe, que se habría producido el 24 de octubre.
Este hallazgo, de excepcional valor científico, se produce después de las dudas que habían surgido a propósito del 24 de agosto como fecha de la erupción. El divulgador científico Alberto Angela, paleontólogo, en su libro «Los tres días de Pompeya», publicado en enero 2015, ya aseguró que la destrucción de la ciudad se produjo el 24 de octubre, basándose en estos importantes indicios: las víctimas no llevaban ropas de verano, sino de otoño; además, apareció un gran número de castañas, típicamente del otoño, y se descubrió también que la vendimia, que se realiza en otoño, ya había concluido cuando llegó la erupción.
Hasta ahora, la fuente principal para dar la fecha del 24 de agosto era Plinio el Joven, que lo cuenta por carta a Tácito. Pero ese texto original no existe, sino copias realizadas en el Medievo por amanuenses, posiblemente con errores de transcripción. En definitiva, hoy se «corrige» la historia sobre la más grande tragedia de la humanidad.