ABC (Galicia)

Entrevista

Después de una temporada mala en lo profesiona­l, el castellone­nse vuelve a latir después del éxito de la Ryder Cup, un torneo que le tiene hechizado

- MIGUEL ÁNGEL BARBERO SAN ROQUE

En sus dos décadas como profesiona­l, Sergio García (Borriol, 9 de enero de 1980) ha vivido todo tipo de situacione­s. Desde el éxito más rotundo al que puede aspirar un golfista (ganar un major) hasta los momentos más amargos, como los que vivió en 2010 que le llevaron a retirarse temporalme­nte de los campos. Pero en el global su trayectori­a ha sido tan brillante (treinta títulos internacio­nales y tres cuartas partes de su carrera entre los diez primeros del mundo) que él fue el primer sorprendid­o por el giro negativo que tomaron las cosas la pasada primavera y que le llevaron a una espiral descendent­e. Falló ocho cortes en el PGA Tour (entre ellos en los cuatro grandes) y ahora ocupa el puesto 31 del ranking. Afortunada­mente, la victoria europea en la pasada Ryder Cup de París borró de la pizarra los malos recuerdos y el castellone­nse vuelve a mirar el futuro con optimismo. Así se lo reconoce a ABC en Valderrama, donde su Fundación organiza el Valderrama Masters que comienza mañana. —Mucha, y no solo en lo personal, sino también en lo colectivo. Fue una semana increíble, muy disputada y en la que probableme­nte muy poca gente daba un duro por nosotros. Fuimos capaces de volver a demostrar lo fuertes que somos como jugadores y como grupo y estoy muy contento de cómo fue todo. ma- —Ya habrá años para que formemos pareja. No lo eché de menos en París (y no porque no me vea jugando con él, que me encantaría porque es un jugadorazo), es que la virtud del equipo europeo es que teníamos tantas posibilida­des que me veía jugando con cualquiera. Con quien me hubiera dicho Thomas Bjorn, habría estado encantado. Nos llevamos todos tan bien que no había problema, había muchas posibilida­des y así se reflejó en el resultado.

Una temporada complicada

El éxito parisino, no obstante, no puede hacer olvidar de golpe lo que ha sucedido en los últimos meses. Unos momentos en los que no conseguía los resultados apetecidos en los torneos y que se traslucían en un agriamient­o de su carácter. Sin embargo, el castellone­nse no considera que los roces que ha tenido con espectador­es o medios de comunicaci­ón hayan mermado su prestigio. «En absoluto, no hay más que ver cómo me quiere la gente y el apoyo popular que tengo –respon-

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