Piden una estructura estable para la respuesta al fuego en la frontera
Un informe de Eixo Atlántico incide en el mayor crecimiento de incendios en el área
En respuesta al problema común que representan los incendios forestales en el territorio que componen Galicia y Norte de Portugal, la Comisión Mixta Hispano-Lusa de Protección Civil acordaba el pasado junio la definición de un área de 25 kilómetros a ambos lados del Miño para el socorro mutuo y la intervención inmediata en caso de declaración de fuego en el territorio vecino. Despoblación, desequilibrio entre entornos rurales y urbanos y condiciones climáticas que favorecen el crecimiento desmedido de biomasa en determinados periodos del año y su desecación extrema en los meses más cálidos son rasgos compartidos en el área transfronteriza. En junio de 2017 la alarma saltó en la región lusa de Pedrógão Grande con un incendio de dimensiones desconocidas hasta la fecha y el pasado octubre la virulencia del fuego se volvió a demostrar a ambos lados de las frontera.
Juan Picos, ingeniero de montes y profesor de Ingeniería Forestal de la Universidade de Vigo ha coordinado para el Eixo Atlántico el informe «Cooperación Transfronteriza en prevención y extinción de incendios forestales en el Eixo Atlántico», un documento que plantea la necesidad de avanzar en estructuras estables de cooperación entre Galicia y el Norte luso ante un fenómeno en expansión.
El área transfronteriza definida, explica Picos en un artículo de opinión, comprende total o parcialmente 105 municipios y 1.172 parroquias y freguesías a ambos lados de la frontera, un territorio para la protección mutua con una extensión mayor que ocho comunidades autónomas españolas y más población que otras tantas autonomías. Pero, fundamentalmente, el responsable del estudio subraya el alto valor natural de la superficie afectada, de forma que una de cada cinco hectáreas de la superficie delimitada está formada por espacios de alto interés para la conservación a nivel europeo.
El experto destaca la especial incidencia del fuego en esta parte del oeste peninsular, con un crecimiento acelerado de los incendios si se compara con la parte sur y mediterránea. «De los grandes incendios de más de diez mil hectáreas registrados en los últimos años en la Península Ibérica, el 82% se ha dado en esta zona geográfica», apunta, llamando la atención sobre la «afectación severa del cambio climático en el sector centro y norte del oeste peninsular».
El informe incide en las oportunidades de cooperación en los 25 kilómetros de socorro mutuo a varios ni- veles: con la planificación conjunta de acciones de prevención; la colaboración en materia de vigilancia y detección, con canales de comunicación ágiles y códigos de riesgo comunes, la adecuada coordinación de los medios de respuesta en caso de extinción , la cooperación en la protección de personas y bienes de forma que los habitantes de la frontera conozcan con facilidad qué núcleos o vías se encuentran comprometidos por el fuego en la región vecina, y el análisis compartido de las actuaciones realizadas.