No hay dos PSOE, sino uno solo con una siniestra coherencia más que centenaria
TOMÁS Tueros Trueba (1932-2016), nacido Progreso Tueros, fue uno de los grandes sindicalistas de acero blindado de la época franquista, militante ancestral del PCE y de las CC.OO. de Vizcaya. Cuando la coqueluche del comunismo vasco se arrejuntó con los exetarras de Mario Onaindía para formar Euskadiko Ezkerra, Tueros, fiel a Santiago Carrillo, sentenció gravemente: «en ese partido va a haber más maricones que obreros». Ni se planteó que ambas condiciones pudieran coincidir en algunas personas físicas.
¡Qué habría dicho Tomás Tueros Trueba del Gobierno de Sánchez! Como algunos de sus camaradas carrillistas vascos (Ignacio Latierro, Juan María Jáuregui o José Luis López de Lacalle, asesinados los dos últimos por ETA) derivó hacia el Partido Socialista de Euskadi, antes de que este se fusionara con Euskadiko Ezkerra. Terminó sus días (Tueros) en UPyD, con Maite Pagazaurtundúa, que le había dado la bienvenida muchos años atrás en el PSE. Lo sé, porque yo estaba también allí, en la Sociedad Gaztelupe de San Sebastián, junto a Maite, en la cuchipanda de acogida a los carrillistas. El año siguiente, en una universidad de Virginia, Mario Onaindía me anunció con todo cariño que Euskadiko Ezkerra estaba a punto de unirse al PSE y que mi cabeza era uno de los requisitos exigidos por los de su partido para que la convergencia se llevase a cabo. Los socialistas, sobra decirlo, no vacilaron en ofrecérsela. Me picó el gesto, no lo negaré, pero mucho