Thomas y Saúl, centrales
Fue la decisión que tomó Simeone tras la lesión de Godín, quien pasó a jugar de ariete la mejor versión de sí mismo. Con Godín lesionado e incrustado como delantero al estilo Alesanco, Simeone planteó la remontada con Thomas y Saúl como pareja de centrales. Fue una gran idea, porque el equipo empujó con más ahínco, exprimió lo mejor de su repertorio y aplicó brío a cada lance.
El panorama se hizo agotador para el Athletic, acogotado ante su portero y despejando balones en cada pase aéreo, cada córner. El Atlético se sintió cómodo en ese elemento, el barro, la lluvia, la agonía. Rodrigo empató el partido en un perfecto lanzamiento de córner de Thomas, el mejor jugador de la noche.
Con el Athletic pálido, el Atlético apretó la rodilla. Desesperado en su afán por remontar y evitar una derrota, se dejó las muelas en cada envite, como si fuera una final. En otro balón parado ejecutado por Thomas, Griezmann la peleó con fiereza y el rebote acabó en Godín, cojo, pero resuelto, a gol. El árbitro añadió suspense con el VAR, pero el fuera de juego no existía. Y el Wanda explotó feliz.