ABC (Galicia)

Un doblete de Luis Suárez y un tanto de Messi acaban con un Eibar peleón

- SALVADOR SOSTRES BARCELONA

Al hermano Roger de mi ahijado Gerard Riera le tocaba ir ayer al estadio con su padre, pero prefirió quedarse en casa porque hacía frío, los partidos contra el Eibar suelen ser un coñazo y el gran interés de la jornada era si el Madrid palmaba contra el Betis.

La pereza de mi querido Roger Riera por ir al Camp Nou y su afán por ver si el Madrid se acababa de hundir es un buen resumen de cómo está la Liga. Sin jugar especialme­nte bien el Barça va ganando lo que le viene y, especialme­nte desconcert­ado, el Madrid pierde hasta lo que no merece perder, como el pasado fin de semana en casa, contra la Real Sociedad.

El Barcelona le dio ayer la razón a Roger y el partido sólo dependía de los detalles de calidad de Messi, que empezaron a filtrarse desde el principio. Aunque fueron todas hermosas, durante el primer cuarto de hora ninguna fue fructífera, pero daba la sensación de que era sólo cuestión de tiempo que alguna se concretara en algo beneficios­o para su equipo.

Cae el muro visitante

El Eibar tenía el protagonis­mo que le gusta, trabajaba muy bien la presión alta y se replegaba atrás con igual eficacia cuando el Barça la superaba. Pero en el minuto 18 llegó lo que hacía rato que se masticaba y Arthur sacó muy rápido una falta para favorecer una triangulac­ión entre Busquets, Coutinho y Suárez que acabó con el primer gol de la tarde. El uruguayo remató en un ejercicio de equilibrio y contorsión que sólo está al alcance de los mejores jugadores del mundo.

Un centro de Rubén Peña, en el 27, lo remató Sergi Enrich de cabeza con gran talento pero no tanta fortuna porque el balón salió ligerament­e desviado. Buen movimiento de Enrich, muy plástico, muy técnico. Pobre asistencia de la afición rival pese a que el Éibar ofreció 300 entradas a 29 euros a sus aficionado­s. En cualquier caso, el Barcelona tendría que reflexiona­r sobre si es del todo educado encerrar a los «away supporters» en una jaula infame en lo alto del gol sur, al lado del gran marcador.

Buen partido de Busquets, recuperand­o balones donde más cuesta. El Eibar no se rendía, pero más que ocasiones claras lo máximo que conseguía crear era sensación de peligro. Serio partido de los vascos, sólido partido de los azulgranas. El Barça llegaba poco, pero con mucho peligro; el Eibar insistía con acierto en su altísima presión, pero mostraba más personalid­ad que convicción. En el 42 se reclamó

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