Un oasis en este árido desierto de ánimo
J.L. Martínez -Almeida, alcalde
Blanca Navarro, solidaria «Llevamos semanas con menos vacunas y dosis de las prometidas por el Gobierno de España. Remueva cielo y tierra la nueva ministra para conseguir más dosis». Hasta el siempre templado Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, clamaba ayer contra el incumplimiento del Ejecutivo en el suministro de vacunas que ha obligado a Madrid y Cataluña a dejar de pinchar primeras dosis. Hace bien Aguado en reclamarlas porque como lo haga Díaz Ayuso, llegan antes a Andorra que a Madrid. La inmunización está haciendo más bien irrespirable el ambiente. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, dijo ayer basta ante las insinuaciones de un intrépido socialista murciano que afirmó que altos cargos de Madrid «fueron vacunados de manera irregular con dosis que correspondían a residentes de Murcia». Conesa se llama el denunciante, que está investigado por prevaricar cuando era alcalde y que no aportó una sola prueba de la presunta trama. Entre este árido desierto de buenas noticias que trae la vacunación aparece vivificantes oasis como el de Pick-Up Solidaridad, la ONG de Blanca Navarro y unos amigos que en una videollamada en la cuarentena decidieron organizar una recogida de alimentos cuando empezaron las colas del hambre. Hoy distribuyen varias toneladas de comida al mes. Hay motivos para confiar en el ser humano.