Iceta asume como ministro un centenar de cesiones solo para Cataluña y el País Vasco
▶ El PNV dice que Iceta les «entiende» y avisa de que su «enemigo» serán sus funcionarios «recentralizadores»
El aterrizaje de Miquel Iceta en el Ministerio de Política Territorial espolea a los gobiernos vasco y catalán en su objetivo de acaparar más estructuras de poder autonómico. El todavía líder del PSC, con su marcado perfil federalista y sensible al nacionalismo, será el encargado de arbitrar el traspaso de competencias y otros compromisos políticos de Pedro Sánchez con sus socios periféricos y preferentes.
El Gobierno negocia la cesión al País Vasco de 36 materias, algunas de ellas blindadas en la Constitución como exclusivas del Estado. La primera en caer, en marzo, será la de Prisiones. El ministro apenas pondrá la firma a un acuerdo que está ya casi cerrado, pero al que le seguirán cuestiones tan espinosas como trocear los servicios de Meteorología, los Paradores Nacionales o el régimen económico de la Seguridad Social. El Ejecutivo sólo opone resistencia a este último punto, aunque el PNV ve en la cesión del Ingreso Mínimo Vital un precedente a su favor.
Recelosos
La elección del líder del PSC como nuevo ministro despierta recelos. «Me causa pánico ver a Iceta al frente. Un tipo favorable a la autodeterminación negociando las transferencias con los nacionalistas no da garantías de que se vaya a preservar la Constitución», deslizaba ayer un exdelegado del Gobierno con Mariano Rajoy. En determinados núcleos del socialismo también genera cierta suspicacia. Desde las comunidades gobernadas por el PSOE
Miquel Iceta asumió ayer la cartera como ministro de Política Territorial y Función Pública comprometiéndose a cumplir y hacer cumplir con la Constitución. Deseó una España «fuerte en su unidad y orgullosa en su diversidad» y consideró que «no hay fortaleza más sólida que la que surge del diálogo» le piden «visión de Estado», aunque prometen juzgarle de ahora en adelante, como ministro y no como líder del PSC. El clamor de los políticos regionales consultados por ABC es que no se priorice a Cataluña y el País Vasco. Exigen abordar los problemas comunes, como la financiación autonómica y las grietas que afloran en la «cogobernanza» de la pandemia.
En el PNV acogen «con satisfacción» la designación de Iceta. «No es nacionalista ni soberanista, pero nos comprende», señalan fuentes de la ejecutiva. Iceta visitó una vez la sede de Sabin Etxea buscando sus raíces: su abuelo fue militante represaliado por el franquismo. En el Gobierno vasco destacan que Urkullu guarda buena relación con el ministro desde el «procés» y confían en que le dé el impulso político necesario para culminar el traspaso de las competencias que, según su lectura amplia, recoge el Estatuto. Este proceso deberá liquidarse en mayo de 2022, según el pacto con el PNV, que le avisa de «tendencias recentralizadoras» dentro de su propio ministerio: «Se va a encontrar al enemigo en casa, en forma de una casta funcionarial, antiautonómica y contraria a todo hecho diferencial», apuntan.
Iceta retomará la «agenda para el reencuentro», que él mismo diseñó con Sánchez en 2018 en su intento de engatusar al separatismo, sin éxito. El documento que Moncloa entregó a Quim Torra establecía la negociación política bilateral de 44 puntos, que el líder del PSC administrará como representante del Estado. Destaca la retirada de recursos judiciales a leyes autonómicas que rebañan competencias del Estado, así como la mesa de diálogo entre gobiernos, que, sin acuerdos, ha situado en una posición de igualdad al Estado y la Generalitat.
Además, Iceta pondrá las bases para cerrar asuntos claves para el nacionalismo como la mejora de la financiación, TV3, proyección internacional y más inversión en infraestructuras. Unas reivindicaciones que el independentismo considera ya insuficientes.