La tasa Tobin empuja ya a pequeños inversores hacia productos de riesgo
▶ Los usuarios no profesionales se pasan a derivados como los CFD, mientras cae la operativa tradicional de Bolsa
Apenas lleva diez días en vigor, pero su efecto ya se deja sentir sobre las decisiones de inversión. La llamada tasa Tobin, que grava las operaciones bursátiles sobre acciones de ciertas compañías cotizadas, empuja a inversores no profesionales a apostar por derivados financieros como los CFD, es decir, productos que por su elevada complejidad y riesgo de por sí soportan ciertas restricciones.
Así lo confirman varias fuentes financieras consultadas por ABC, que no dudan en señalar que en estas últimas semanas, tanto previamente a la entrada en funcionamiento del nuevo impuesto como desde el día 16 de enero, cuando empezó a estar en vigor, se ha detectado un aumento, aunque no alarmante, de usuarios de Bolsa que buscan invertir con CFD.
Estos productos, según figura en la página web de la CNMV, «son contratos en los que un inversor y una entidad financiera acuerdan intercambiarse la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de un determinado activo subyacente (valores negociables, índices, divisas, tipos de interés y otras activos de naturaleza financiera)». Se permite invertir en multitud de activos, incluidas acciones de empresas cotizadas afectadas por la tasa Tobin... con la particularidad de que por los CFD no se paga el impuesto, igual que por las operaciones intradía. Un punto de escape que tanto pequeños como grandes inversores ya están explotando.
Sin embargo, esta tendencia no es precisamente una buena noticia. Este producto permite apalancarse por cinco, por diez, por cincuenta veces... Esto se traduce en que una persona puede invertir mil euros en CFD pero que su exposición pueda alcanzar los 50.000 euros en el caso de las divisas. O 5.000 euros en el de las acciones. Se puede desembolsar una pequeña cantidad pero estar invertido realmente en montantes mucho mayores. Esto implica que las ganancias pueden ser muy elevadas, pero también las pérdidas, y que esto ocurra de una manera muy acelerada. «No es un producto para todo el mundo», dice Javier Niederleytner, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB. Asimismo,
este experto recuerda que estos productos no están regulados en mercados organizados oficiales, lo que provoca cierta falta de transparencia.
Con la expansión de internet y la proliferación de plataformas de inversión online los CFD han experimentado cierto «boom» estos últimos años. Y más aún durante el periodo de pandemia, en el que las plataformas han visto aumentar sus clientes de manera notable. Pero la preocupación de las autoridades por este tipo de productos