Una recepción sin cónyuges y bajo un estricto protocolo anti-Covid
La recepción al Cuerpo Diplomático se celebró ayer bajo estrictas medidas de seguridad para prevenir contagios de Covid. Para ello, se redujo el número de invitados y se excluyeron a los cónyuges. Los asistentes estuvieron repartidos por diversos salones del Palacio Real y, a cada uno de ellos, se le marcó con una etiqueta adhesiva el lugar en el que debía permanecer para mantener la distancia de seguridad. Al acceder al Palacio Real se les tomó la temperatura y se les indicó que utilizaran gel hidroalcohólico. Además, el saludo de los diplomáticos a los Reyes fue sin contacto físico, por lo que el gesto del embajador de Irán, que evita dar la mano a la Reina por motivos religiosos, pasó inadvertido. Ayer también se suspendió el vino español que los Reyes suelen ofrecer a sus invitados. la pandemia «ha supuesto un indudable paso atrás en relación con muchos de los logros de las últimas décadas. Estamos inmersos en la peor crisis sanitaria desde la II Guerra Mundial».
El Rey también aludió al cambio presidencial en Estados Unidos, nación que estuvo representada en la ceremonia por el encargado de negocios, Conrad Tribble, después de que el embajador nombrado por Trump, Richard Duke Buchan III, renunciara al cargo. «Quiero felicitar a su recién investido presidente. Confiamos en que, junto a la nueva administración, sigamos estrechando los profundos vínculos históricos que nos unen y que abarcan los más variados campos», afirmó. «Expreso mis mejores deseos para la presidencia del nuevo mandatario, con la convicción de que nuestras relaciones saldrán fortalecidas y enriquecidas», añadió.
Bicentenarios en América
En su exhaustivo repaso por todo el planeta, Don Felipe dedicó parte de su discurso a Iberoamérica y se refirió a los aniversarios de las independencias de Perú, México y las repúblicas centroamericanas que se celebran ahora. «España desea acompañar activamente estas celebraciones», dijo. Y frente a actitudes como la de Andrés Manuel López Obrador, el presidente mexicano que exige a España que pida perdón por la Conquista, el Rey afirmó que esas conmemoraciones «deben permitirnos, no solo realzar nuestro pasado común, sino también y, sobre todo, reiterar nuestra firme determinación de seguir contribuyendo al desarrollo y bienestar, presente y futuro, de sus pueblos y ciudadanos».