ABC (Galicia)

Exalumnos del internado de la Princesa Leonor: «Nos duele que hablen de elitismo»

«La mayor parte de los jóvenes van becados. Aquí se premian la excelencia y el talento». Dos españoles rememoran su paso por las aulas del centro educativo

- ANA MELLADO MADRID

os muros del castillo medieval de St. Donat, en el valle galés de Glamorgan, han concitado esta semana las miradas de media España. No han faltado las cábalas y especulaci­ones sobre lo que ocurre tras ellos, en las instalacio­nes del UWC Atlantic College de Gales, donde estudiará la Princesa Leonor los próximos dos cursos, por 76.500 euros, que desembolsa­rán los Reyes. Pero si hay alguien que puede relatar en primera persona cómo es el día a día allí son sus exalumnos. «El tema del elitismo es lo que más nos duele. La tentación es muy fácil porque ves las imágenes del colegio, con el castillo y puede parecer eso. Pero lo que se va a encontrar la Princesa Leonor cuando llegue allá será a un 75% de los alumnos con becas completas, sus compañeros de habitación pueden venir de un campo de refugiados o de una zona rural de un país muy pobre», recuerda alumno de la promoción 1991-1993 del centro de Gales, quien actualment­e trabaja como pediatra y epidemiólo­go y sigue ligado al ‘college’ como presidente del Consejo Mundial de UWC y patrono del Comité Nacional español.

Quique compartió su habitación con un chico keniata, criado en una barriada de chabolas en la periferia de Nairobi. «Llegó con una bolsita de plástico con todas sus pertinenci­as. Ganó la beca por mérito personal y no tenía nada más. Ahora es un exitoso abogado en EE.UU.», rememora con cariño.

Lañade: «El colegio funciona desde 1962 y han pasado cinco personas de casas reales, una minoría». En ese mismo aspecto incide Ángel Alonso Arroba, otro español curtido en las aulas del UWC de Gales, de la promoción 1994-1996, y que actualment­e ostenta el cargo de embajador en Misión Especial para la Ciudadanía Española del Ministerio de Asuntos Exteriores. «Sé que estos días se ha utilizado el adjetivo elitista, pero creo que no hace justicia a la realidad de Colegios del Mundo Unido. La mayor parte de alumnos van becados. Más que elitismo, yo hablaría de excelencia: es un centro al que va gente estupenda, con gran capacidad y muy diversos talentos», declara.

Noventa nacionalid­ades

Cada curso, el internado acoge a unos 350 alumnos, procedente­s de 90 nacionalid­ades. Ese ambiente multicultu­ral acaba calando en cada uno de ellos. «Yo descubrí lo que es la tolerancia y el respeto a la diferencia en las cuestiones del día a día; apagar la radio cuando tu compañero de habitación musulmán se ponía a rezar en mitad del día, o consensuar un equilibrio entre abrir o cerrar la ventana del cuarto en las frías noches de invierno siendo yo sevillano, y mi otro compañero de cuarto noruego. Ahí aprendí de primera mano que el mundo iría mucho mejor si nos pusiéramos más en la piel del otro», cuenta Ángel.

Quique, practicand­o escalada en el UWC College

Esa amplitud de miras también impregna cada asignatura. Quique recuerda como si fuera hoy su primera clase de Historia. «Nos dieron tres documentos, con tres puntos de vista diferentes sobre el aseY

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Quique Bassat,

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