El Rey destaca que la firmeza de Don Juan Carlos fue «determinante para el triunfo de la democracia»
▶La presidenta del Congreso advierte de que los riesgos para el sistema «existen» y no son menores que la intentona golpista de 1981
El Rey recordó ayer en el Congreso de los Diputados el papel que jugó su padre, Don Juan Carlos, ante la «inaceptable fractura» del orden democrático que supuso el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Además, Don Felipe llamó a «defender, proteger y preservar nuestra convivencia en democracia y libertad» frente a quienes la intentan erosionar.
El Jefe del Estado presidió un acto con motivo del 40 aniversario del 23F al que Don Juan Carlos no pudo asistir, pero lo siguió por televisión desde Abu Dabi, donde reside desde el pasado 3 de agosto, cuando se vio presionado para que abandonara el Palacio de La Zarzuela.
Don Felipe afirmó que la «firmeza y autoridad» de su padre «fueron determinantes para la defensa y el triunfo de la democracia». También recordó el mensaje televisado que Don Juan Carlos dirigió aquella noche a los españoles en el que pidió que se «tomaran todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente». Y añadió que él también fue testigo «todavía niño, de aquel episodio histórico y aprendí el inmenso, el incalculable valor, que tiene la libertad para el pueblo español».
El Rey destacó, por un lado, la «honda convicción democrática» de los políticos de 1981 y, por otro, aludió a quienes ahora ponen la democracia «en cuestión», como ha hecho el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, en las últimas semanas. «Todos debemos sentirnos comprometidos y obligados a defender, proteger y preservar nuestra convivencia en democracia y libertad», afirmó. Según Don Felipe, hay que defender la democracia «porque sabemos lo difícil que fue alcanzarla y que siempre hay riesgos que la pueden amenazar». Hay que protegerla «es un bien delicado que precisa del mayor cuidado» y porque «su erosión pone en peligro, los derechos y libertades de los ciudadanos». Y, además, hay que «preservarla», porque «constituye una premisa irrenunciable para el pleno desarrollo de nuestro país y para el progreso, el bienestar y la prosperidad de nuestros ciudadanos».
Cuando destacó «la honda convicción democrática de los parlamentarios y miembros del Gobierno» de 1981, se refirió «con gran admiración y gratitud» a Adolfo Suárez y a «una larga lista de hombres y mujeres, civiles y militares, que todos tenemos en mente», dijo. Lo cierto es que al acto no asistió ninguno de los protagonistas del 23-F que siguen vivos. Aún así, Don Felipe elogió su «ejemplo de coraje y de lealtad a las instituciones del Estado y a nuestra Constitución».
Rey de todos los españoles
En su intervención afirmó que el Rey es el «símbolo de la unidad y permanencia del Estado» y manifestó que hoy su «compromiso con la Constitución es más fuerte y firme que nunca». Además, añadió que «es inequívoca la voluntad de la Corona de ser una Institución que incluya, integre y cohesione a todos los españoles».
También hizo una defensa cerrada de la Constitución de 1978, que «significa, en nuestra larga historia, el reencuentro y el entendimiento entre los españoles, su unidad en los valores democráticos y en nuestros derechos y libertades, y su confianza en una España en la que caben y se reconocen