Propone Ayuso un salario mínimo interprofesional que esté exento de impuestos y cotizaciones
La líder del PP en la región madrileño puso el foco también en los independentistas catalanes, aliados de Sánchez: «Es más fácil justificar los 21.000 puestos de trabajo destruidos en Cataluña acudiendo al enemigo externo del dumping fiscal y del efecto de capitalidad que asumir errores propios, dejar de empobrecer a la población con cargo a sueños que se convierten en pesadillas y son ilegales, y asumir que la lucha no es por una vida mejor para sus ciudadanos sino por los privilegios de una minoría selecta».
Enfrente
Ayuso advirtió de que cada vez que alguien intente adoctrinar en las aulas madrileñas, pretenda avanzar hacia un Estado absolutista o ataque la autonomía fiscal, tendrá enfrente a la Comunidad de Madrid.
Después de la enmienda, planteó propuestas concretas. Por ejemplo, que el salario mínimo interprofesional esté exento de impuestos y cotizaciones. De esta forma, dijo, los más desfavorecidos contarían con 850 euros más al año, y los empresarios dispondrían de más recursos para contratar, invertir o afrontar deudas. La medida fue aplaudida y secundada de inmediato por la patronal madrileña, CEIM.
Propuso, además, un plan de ayudas fiscales a los empresarios. «Si les obligamos a hacer la declaración trimestral por IVA y a abonar la cuenta cuando les sale a pagar, es de justicia que las devoluciones también se hagan de forma trimestral».
El modelo alemán
Otra propuesta que puso sobre la mesa fue tomar como modelo a países como Alemania, donde ya están aprobando medidas para compensar las pérdidas de 2020 con cargo a los impuestos pagados por beneficios pasados.
Ayuso envió un mensaje en clave interna a su partido: la división del centro-derecha no es una opción. Se mostró convencida de que ese voto volverá a unirse, en torno a Pablo Casado, para formar un Gobierno reformista. «No nos perdamos en debates estériles. Solo desde un liderazgo firme España podrá recuperarse», pidió.
Ayuso eludió la crítica directa a Vox, partido con el que Casado ha roto todos los puentes desde la moción de censura. La presidenta madrileña recordó que depende de sus votos para aprobar, por ejemplo, los Presupuestos.
La presidenta madrileña confesó ante los asistentes al Foro ABC que se crece en la adversidad. «Desde el principio lo tuve muy complicado», dijo: en las elecciones consiguió «pocos escaños» y además percibió que «no fui aceptada como candidata, cargaron contra mi familia y me despreciaron desde la izquierda mediática». Hechos que han ido forjado su estilo de gobierno, que ha crecido por oposición a Pedro Sánchez y contradiciendo, con sus hechos, las políticas que emanaban del Ejecutivo central.
Así ha ocurrido en la lucha contra la pandemia, donde insistió ayer en rechazar los confinamientos absolutos: «Ningún estudio ha demostrado que cerrar por decreto miles de negocios y restringir libertades fundamentales de los ciudadanos sea la mejor solución para acabar con el Covid», recordaba, a la vez que mantuvo su apuesta por las «medidas quirúrgicas» aplicadas en la región madrileña, que le estaban dando buenos resultados en lo epidemiológico pero también en lo económico: «Quien pretenda confrontar salud y economía es que no sabe gestionar ni una cosa ni la otra», concluyó.
Para la próxima primavera, «en el mes de abril», anunció el inicio de la vacunación masiva de los madrileños. Una medida para la que será necesario, advirtió, la llegada abundante de dosis de la vacuna.
Zendal no es «arma política»
La jefa del Ejecutivo madrileño puso en valor sus políticas de testeo masivo, confinamientos selectivos por zonas, y un incremento de la capacidad hospitalaria que tiene su traducción en el nuevo Hospital Zendal, que «no es un arma política sino un centro sanitario», recordó.
Los niveles de contagio en Madrid, en efecto, van bajando, aunque más despacio que en otras comunidades. Pero a la vez, destacó, se inicia su reactivación: «Madrid ha creado o rescatado 80.000 puestos de trabajo en los últimos cuatro meses, frente a los 100.000 que ha perdido España». Y sigue siendo «la región donde se crean una de cada cuatro nuevas empresas», y la que acaparó un 80 por ciento de las inversiones extranjeras en 2020. Ella, por su parte, mantiene su promesa de llevar a cabo «la mayor rebaja fiscal de la historia».
No quiso definirse sobre el futuro de su partido en Madrid, dirigido por una pseudogestora desde hace tres años: «No sé quién seré dentro de otro año, ni cómo será el partido», fue su ambigua respuesta sobre las posibilidades de que ocupe la presidencia del PP madrileño.