Grave accidente de Tiger Woods, operado de ambas piernas
▶ El coche del golfista, que viajaba solo, se salió de la vía y cayó por un terraplén A sus 45 años, y con graves problemas físicos, cada vez tiene más lejos lograr los tres grandes que le faltan
El Barcelona afronta esta tarde (19.00 h, Movistar Liga) el partido aplazado de la primera jornada de Liga ante el Elche con la imperiosa obligación de ganar para no despedirse definitivamente de la frágil opción de optar a ganar el campeonato. Un clavo ardiendo al que aferrarse ante el pánico que suscita en el club azulgrana la posibilidad de encadenar el segundo año en blanco consecutivo. El pasado curso ya no hubo títulos, algo que no veía el barcelonismo desde el curso 2007-08, el del ocaso de Rijkaard y Ronaldinho, y reaparece la amenaza.
Con la Supercopa de España perdida ante el Athletic, las opciones en Liga, Copa y Champions son remotas, sobre todo por la escasa fiabilidad y regularidad de los azulgranas. El torneo europeo es el más complicado. De hecho roza la utopía tras la goleada recibida en el Camp Nou ante el PSG (14), lo que obliga a marcar cuatro goles, como mínimo, en el Parque de los Príncipes. Para optar a la Copa del Rey también es necesaria una remontada, aunque en el Camp Nou ante el Sevilla, que ganó en la ida por 2-0. Y la diferencia en la Liga se ha enquistado tras el inesperado empate ante el Cádiz. Ocho puntos separan al Atlético de Madrid del equipo azulgrana, que no arroja la toalla. «Todavía podemos ganar el campeonato. Todos los equipos están fallando. No soy partidario de pensar que la Copa sea más importante y sabemos que tenemos que remontar un partido. Creo que podemos hacer cosas en las dos competiciones», aseguró ayer Koeman, que rezuma un optimismo que pocos aficionados azulgranas creen.
El bono de fallos se le agotó al Barcelona, que adolece de una asombrosa fragilidad defensiva, con fallos individuales impropios del caché de sus futbolistas, y una constante inoperancia ofensiva que le impide cerrar los partidos. Ganar hoy al Elche y al Sevilla el próximo sábado es indispensable para no perder las pocas esperanzas que les quedan en la Liga. «Es un momento en el que nos jugamos mucho. Si fallamos más, llegará el momento de quedarnos sin posibilidades de ganar algo», avisó Koeman, que hoy afronta el primer ‘match-ball’.
RONALD KOEMAN
Parece que la suerte no está del lado de Tiger Woods en los últimos tiempos. Después de un inicio de carrera en los que todo le venía de cara con un dominio absoluto del mundo del golf y una consecución de triunfos que le llevó a batir un registro tras otro, en los últimos años vive la parte amarga de la vida. El golfista sufrió ayer un grave accidente de tráfico en Los Ángeles y tuvo que ser operado de urgencia al sufrir múltiples heridas en las piernas. El vehículo del norteamericano, que viajaba solo, se salió de la calzada y cayó por un pronunciado terraplén.
En la última década, el fallecimiento de su padre, sus problemas conyugales y las mermas físicas que ha venido sufriendo en su exprimida anatomía, terminaron por mellarle de manera absoluta hasta el punto de hundirle hasta más allá de los mil primeros jugadores del ranking. Afortunadamente, su espíritu competitivo y su calidad le permitieron recuperar el terreno perdido y volver a lo más alto en 2019, cuando recuperó la chaqueta verde del Masters y su sonrisa volvió a iluminar el deporte internacional.
Sin embargo, ahora, con 45 años ya cumplidos, las esperanzas de más triunfos no se han podido ver cumplidas. El californiano no ha levantado cabeza en el terreno físico y el mes pasado, después de participar junto a su hijo en el torneo de padres e hijos con el que se despedía la temporada del PGA Tour, volvió a pasar por el quirófano para eliminar unas dolencias de su maltrecha espalda. Era la quinta vez que le intervenían en la zona y, según sus propias palabras, para liberarle de presión y poder afrontar sin dolores sus compromisos inmediatos.
El Masters, en entredicho
Su mente estaba puesta, por supuesto, en repetir su éxito de Augusta, algo que no pudo conseguir en 2020 a causa de la extraña temporada que se vivió por el coronavirus. Con el Masters en noviembre, sin una preparación adecuada y sin su público animándole, el Tigre no encontró el punto de juego necesario y acabó a diecinueve golpes del intratable Dustin Johnson. Por eso, el mes de abril de 2021 estaba marcado a fuego en su agenda y, según declaró el pasado domingo en Los Ángeles, en el campeonato del que era promotor, tenía la intención de regresar a Georgia a lo grande.
Pero el destino ha querido gastarle una mala pasada y se lo va a impedir de la forma más cruel. Cuando ya se estaba recuperando de la espalda, un grave accidente de coche sufrido ayer en las inmediaciones de la ciudad angelina le llevó de nuevo al hospital. Se había quedado en la zona oeste un par de días más después del Genesis Open para realizar acciones promocionales, entre ellas compartir una partida con el baloncestista Dwayne Wade el pasado lunes. Y cuando iba a afrontar la segunda de las jornadas del evento, su coche se salió de la carretera y volcó aparatosamente para acabar cayendo por un terraplén. Un grave accidente que le dejó atrapado entre los hierros con importantes lesiones en ambas piernas.
Los bomberos tuvieron que sacarle del vehículo utilizando sierras mecánicas y el golfista fue trasladado inmediatamente al centro médico de la universidad de UCLA, donde fue operado de urgencia. En principio se diagnosticaron sus heridas en un rango entre moderado y crítico, aunque habrá que esperar a ver su evolución en los próximos días.
Después de este accidente, la temporada del californiano queda definitivamente suspendida y no se sabe hasta qué punto podrá afectar a su futuro. Para un hombre tan competitivo como él, que por su estilo de juego necesita estar siempre al máximo en el terreno físico, es difícil aventurar cómo le irá la recuperación de este grave percance.
Las reacciones entre los profesionales no se hicieron esperar. Justin Thomas, su compañero de partido en el mencionado campeonato de padres e hijos y con quien le une una especial amistad, se mostró muy afectado.