Luz verde a la ley que hace más sencillos los trámites y da cobertura a los fondos europeos
La burocracia se simplifica con la oposición enrocada en el «no» ▶
El debate del dictamen sobre la proposición de ley de simplificación administrativa y de apoyo a la reactivación económica, que salió adelante ayer únicamente con el voto favorable del Grupo Popular, volvió a evidenciar, en el Pleno de O Hórreo, la brecha entre el grupo mayoritario y la oposición. Mismo guión y misma tónica de los últimos meses. Por parte de nacionalistas y socialistas, que votaron en contra, batería de reproches a la forma en que se tramitó el proyecto (presentado por el PP, para acortar plazos), con acusaciones de haber sorteado el control (asesoría jurídica, CES) y el consenso; y a su contenido, especialmente por parte del Bloque, que ve en la pandemia una «coartada» para favorecer a «grandes empresas». «Vamos a seguir con nuestra tarea, con ustedes o sin ustedes. Eligieron quedarse fuera de juego. Allá ustedes», replicó Miguel Tellado, secretario general del PPdeG.
La ley se articula en tres ejes: el fundamental agiliza los trámites para «cambiar la cultura administrativa» en Galicia, al calor de la reactivación tras el impacto de la pandemia del Covid, acortando plazos y evitando duplicidades y solapamientos; de forma complementaria, se articula el apoyo a empresas y profesionales, con la meta de lanzar proyectos y captar inversores, con especial foco en fomentar la implantación en el rural, incluyendo beneficios fiscales y apoyo individualizado; y como tercera pata, los fondos europeos frente a la crisis, definiendo el concepto de proyecto tractor y concretando un modelo de planificación, gestión y control de los fondos.
«Otros preferirían presentar en la Cámara la ley de ralentización administrativa de Galicia», reprochó ayer Tellado, en alusión al BNG. «Están en otra órbita y probablemente en otro siglo, pero no en el pasado, en el XIX». Lo que buscaba el Bloque con sus enmiendas, todas rechazadas, era «ralentizar, dificultar y espantar inversores». «Ustedes tienen una desconfianza patológica del sector privado», censuró. «Caminan hacia atrás, hacia la autarquía gallega». Más aún, echó en cara que propugnen, aunque les incomode, un «modelo económico idéntico al franquismo de los primeros años».
Hubo más para el BNG, al que Tellado recriminó ser «precursores del vuelva usted mañana», y permanecer instalados en la creencia de que «una Administración lenta es garantía de algo», por vivir en una «realidad ensimismada», ajena a «la inmensa mayoría de los gallegos», «confinados con ustedes mismos». «Son negacionistas. Niegan a Galicia cualquier posibilidad de recuperación, niegan todo. Están en contra de la ley de salud pública, en contra de la ley de simplificación administrativa, en contra de gestionar nosotros mismos los fondos europeos (...), en contra de toda iniciativa privada. Están en contra de todo. Son los negacionistas de Galicia», ha lanzado.
Caballero no quiso
A los socialistas les recordó Tellado que el Gobierno central «gobierna a golpe de Real Decreto», y ha comentado que «escuchar al PSOE hablar de oscurantismo» requiere de «tener valor», cuando el reglamento de los fondos europeos, del que criticó su opacidad, lo sacaron adelante con Vox en el Congreso. Volviendo a O Hórreo, reprochó que propusieron sentarse para negociar las enmiendas pero «Gonzalo Caballero no quiso y no dejó. Si la ley no fue pactada con el PSOE fue porque Gonzalo Caballero es víctima de sus propias líneas rojas».
Además de censurar el «pataleo» en el que se mueven los grupos de la izquierda gallega, en lugar de «colaborar lealmente con el Gobierno» autonómico, Tellado dejó un recado: «Galicia decidió el 12-J no necesitar ni a Gonzalo Caballero, ni al PSOE ni al BNG para salir de la pandemia».
Por parte del Bloque, Noa Presas aseguró que «disfrazado de agilización administrativa», el proyecto legal «es en realidad un caballo de Troya para que la llamada reactivación económica sea traducida en un modelo económico, consistente en el feudalismo de las grandes empresas y el vaciado del sistema público». El PP, prosiguió, abraza «la más absoluta desregulación económica e industrial» y «ahonda en un modelo» del que la pandemia «mostró sus debilidades». En esta línea, aseguró que «el PP legaliza la barra libre para regalar recursos naturales a grandes fondos de inversión», como parte un «modelo depredador que lo único que busca es servir a los intereses del Ibex35». La Xunta, acusó, sigue instalada en el «pasado», recluida en la «torre de marfil» de San Caetano y en una «deriva autoritaria», que busca «decidirlo todo» desde el Consello.
Para la socialista Matilde Rodríguez Rumbo, se trata de una propuesta normativa «poco trabajada, que elude los debates y la búsqueda de consensos y no incide en los problemas estructurales del sistema productivo gallego». Una ley, abundó, que supondrá «seguir la misma línea» que hasta ahora, la del «fracaso empresarial». Creen acreditado en el PSdeG que se ha errado a la hora de favorecer que se implanten empresas en la Comunidad. Y que la ley de simplificación es más de lo mismo.
En palabras de Tellado: «Si no están dispuestos ahora, en el peor momento en décadas, cuándo van a ser colaborativos. Cuándo van a hacer una oposición constructiva. Probablemente nunca».
Críticas Más allá del contenido, BNG y PSOE acusaron al PP de eludir el control y el consenso