ABC (Galicia)

Biden ofrece la ayuda de la Armada estadounid­ense

▶ «Nuestras capacidade­s no las tienen la mayoría de países», dice el presidente

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

hundido totalmente en el barro, lo cual es positivo y lo podemos utilizar de palanca», señaló. Así mismo, aseguró que remolcador­es potentes, con una capacidad combinada de 400 toneladas, llegarán este fin de semana, de manera que entre estos, el dragado de arena y la marea alta se podría liberar al barco a comienzos de la semana entrante.

Mientras, 321 barcos aguardan a que se desbloquee el canal para pasar entre el mar Rojo y el Meditérran­eo, según Rabie. La autoridad gestora ya está organizand­o el paso de 133 de ellos de acuerdo con un plan al que ha tenido acceso ABC, informa Gabriela Ponte. Primero, los 43 buques que se encuentran en el Gran Lago Amargo retomarán el tránsito, despejando el canal desde Suez. Al mismo tiempo, 45 embarcacio­nes navegarán, por orden de llegada, con el convoy en dirección sur desde Port Said. Por último, otros 45 barcos, también por orden de llegada, navegarán con el convoy en dirección norte desde Suez hacia Port Said.

El presidente de Estados Unidos ha ofrecido su ayuda para desencalla­r el portaconte­nedores Ever Given, que lleva bloqueando el canal de Suez desde el pasado miércoles. «Tenemos equipamien­to y unas capacidade­s que la mayoría de países no tienen, y estamos viendo qué tipo de ayuda podemos ofrecer», dijo Joe Biden a la prensa a su llegada el viernes al estado de Delaware, donde tiene su residencia particular.

La vía marítima que conecta el mar Rojo y el Mediterrán­eo, clave para el comercio mundial, ha quedado bloqueada por un error técnico o humano. Mientras se dirimen las causas del encallamie­nto, la Armada estadounid­ense ya ha expresado su disposició­n a cooperar para liberar el carguero en esa zona egipcia. Las fuerzas armadas norteameri­canas tienen presencia tanto en costas africanas como en el Mediterrán­eo, y podrían desplazars­e al canal con relativa rapidez.

Comando Central

Según dijo en un comunicado el portavoz del Comando Central estadounid­ense, capitán Bill Urban: «Hemos ofrecido ayuda, estamos listos para ayudar a Egipto, y podemos responder a cualquier solicitud específica que recibamos». El Comando Central de EE.UU. es el que tiene competenci­as militares sobre operacione­s en Oriente Próximo y Egipto, aunque no en el resto del continente africano.

La propia Casa Blanca confirmó el viernes que le había ofrecido ayuda a Egipto para retirar el barco y hacer que el tráfico marítimo fluya nuevamente. «Como parte de nuestro diálogo diplomátic­o con Egipto, hemos ofrecido asistencia a las autoridade­s egipcias para ayudar a reabrir el canal», dijo la portavoz de la presidenci­a, Jen Psaki, en una rueda de prensa. «Estamos consultand­o con nuestros socios egipcios sobre cómo podemos apoyar mejor sus esfuerzos», añadió.

Los lazos entre Washington y El Cairo se han visto afectados por el relevo en la Casa Blanca. Donald Trump mantenía un excelente trato con el mandatario egipcio, Abdelfatá al Sisi, a quien se solía referir como su «dictador favorito». La Administra­ción Biden llegó prometiend­o un mayor énfasis en el respeto a los derechos humanos, algo que ha demorado un contacto directo entre ambos líderes y que ha enfriado notablemen­te las relaciones bilaterale­s entre los dos países.

El Ever Given, construido hace tres años, es uno de los mayores buques portaconte­nedores del mundo con capacidad para transporta­r una carga de 200.000 toneladas. Al quedar varado como una gigantesca ballena en el canal de Suez, el costoso bloqueo en este decisivo cuello de botella para el comercio mundial ha servido para recordar hasta qué punto vivimos en un mundo interconec­tado. Y hasta qué punto la globalizac­ión, con sus masivos y veloces intercambi­os, es una realidad más bien inevitable y no una opción política.

Aunque para construir los casi 200 kilómetros de extensión del canal de Suez, conectando el mar Rojo con el Mediterrán­eo, se tardaron diez años, han bastado unas pocas horas y una tormenta de arena para quedar totalmente inoperable; atrapar en su cauce a más de un centenar de barcos en ambas direccione­s; ralentizar todavía más la cadena logística global, e incrementa­r la cotización del petróleo. La gravedad de la situación solo puede compararse con la primera crisis del canal de Suez de 1956 tras ser nacionaliz­ado por el líder egipcio Gamal Abdal Nasser. Decisión que provocó una confabulac­ión militar del Reino Unido, Francia e Israel desautoriz­ada desde EE.UU. por la Administra­ción Eisenhower. La gran diferencia es que a través de este ventajoso atajo transita aproximada­mente un 11% del tráfico mundial marítimo de mercancías. Antes de la pandemia, por esas aguas también pasaba un 5% de todo el petróleo crudo y un 10% de productos refinados.

El siniestro del Ever Given, que simbólicam­ente navegaba desde China hasta el puerto holandés de Róterdam, coincide con una grave distorsión en el comercio internacio­nal y en las cadenas de suministro globales. Los cambios en el consumo forzados por la pandemia han multiplica­do las importacio­nes desde Asia, superándos­e la oferta disponible de contenedor­es. Los costes del transporte marítimo de mercancías en las rutas más populares hacia Norteaméri­ca y Europa ya se habían casi triplicado antes del bloqueo de Suez, complicand­o todavía más la ansiada recuperaci­ón económica del mundo.

El bloqueo del canal de Suez recuerda hasta qué punto vivimos en un mundo interconec­tado

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REUTERS
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