¿Cuarta ola?
En el último año los ojos de este especialista de Atención Primaria han visto de todo. Del miedo a no saber cómo se transmitía la enfermedad, a la pérdida de miembros de una misma familia tras las cenas de Navidad. Él confía en que la vacuna salvará vidas
muy lenta y muy prudente. La consigna es pisar sobre seguro, pero la Semana Santa está ahí. Y está claro que va a ser un momento crítico... —Sí, la experiencia más reciente que tenemos es la de la Navidad, que casi todos veíamos venir. El riesgo estaba en las reuniones familiares, que fue donde aparecieron los casos. Los médicos de los centros de salud hemos visto que se contagiaba uno, y se contagiaba toda la familia. Hubo juntanzas de hasta diez y hemos visto fallecimientos de personas mayores en primera línea. Una cosa es contarlo, y otra es lo que hemos vivido. Es una experiencia tremenda. Ahora que llegan estas fiestas, me parece que la prohibición de las reuniones familiares, aunque sea tremendamente impopular, es muy acertada.
—Hablamos de la presión asistencial en los hospitales, en las unidades de críticos, pero ¿y la presión en los sanitarios? Dejaba entrever en su última respuesta trances muy duros en su consulta. El virus ha hecho mella en la profesión más expuesta a él...
—Tenemos mucha presión y el agotamiento de un año de pandemia. Estamos cansados, pero aguantando razonablemente bien. En mi centro, por concretar, no ha habido entre los médicos y las enfermeras una sola baja laboral en todo este año. La gente lo está sufriendo, porque es duro, pero lo está llevando razonablemente bien. Y eso que en la primera ola pasamos miedo porque todo era desconocido, no sabíamos cómo se transmitía, no teníamos medios de protección, habíamos visto que en otras comunidades fallecían profesionales... fue una experiencia muy muy dura. Ahora ya estamos acostumbrados y parece que sucedió hace una década, pero solo ha pasado un año.
—En una semana arrancará la vacunación al grupo de 55 a 65, los de 80 ya están casi inmunizados y hace unos días el conselleiro de Sanidade confiaba en que la población gallega estuviese protegida al 70 por ciento en agosto, aunque parece que esto último se tuerce. ¿Es optimista en cuanto a los tiempos?
—Yo no controlo la fiabilidad en cuanto a la llegada de vacunas proceden