Un dólar fuerte
Tratar de hacer previsiones en el que es junto con la deuda pública uno de los mercados más profundos del mundo es tarea complicada. Creo que era Greenspan quien decía que es el mercado más eficiente, en el que todo se descuenta prácticamente de manera automática.
La revalorización del dólar en, por ejemplo, lo que llevamos de año, se debe a las mejores perspectivas económicas y a los diferentes tipos de interés. Normalmente y viendo la historia con algo de perspectiva suelen ser precisamente estos dos elementos los que determinan el comportamiento de las divisas. Hoy, Estados Unidos es el país de los desarrollados que va por delante en la recuperación económica y que tiene tipos más altos. Todo apunta a que en los próximos meses esto va a seguir siendo así por lo que el dólar debería seguir fortaleciéndose. Los planes fiscales de Biden han sorprendido incluso a los más optimistas. Los estímulos lo que unido a la rápida, muy rápida, reapertura económica va a hacer que la economía norteamericana coja tracción inmediatamente. A esto hay que sumar que la Reserva Federal no tiene ningún incentivo en cambiar el tranco de la política monetaria, por lo que se dan todas las circunstancias para un crecimiento sin precedentes. Los plazos largos de la curva de tipos de interés está empezando a recuperar el terreno perdido. Ahora, para patrones históricos sigue estando muy baja, por lo que todavía puede seguir repuntando sin que tenga ninguna incidencia en el potencial de crecimiento.
Esta parece que va a ser la dinámica los próximos meses, por lo que el dólar debería estar sostenido. En cualquier caso, esto debería ya estar recogido en el precio actual por lo que todo este análisis puede que no sea más que papel mojado.