¿Cómo afecta la falta de festivales a nuestros grupos jóvenes?
sanitario), Unilabs (líder de diagnósticos en Europa) e Inno&Brain (experta en el campo asistencial y de la gestión clínica), que han diseñado una solución que podría ayudar a reactivar la industria musical, incrementando el aforo en grandes eventos. La iniciativa, pionera en España y en Europa, combina pruebas diagnósticas y las últimas tecnologías para ofrecer una solución conjunta que garantice la salud y la seguridad de todos los asistentes. «Va a suponer un importante y necesario impulso económico al tan castigado sector de los eventos», asegura Esteban Gebhard, socio consultor de Common. Javier Pardo, médico y CEO de Innobrain, concluye con un mensaje esperanzador: «El valor que tiene esta solución de reactivación de grandes eventos es su enfoque integral. No nos centramos en una única fase de proceso sino que hacemos un seguimiento constante antes, durante y después».
Y, por supuesto, hay festivales que se han buscado la vida. Por ejemplo, el madrileño Tomavistas volvió a aplazar su VI edición pero lanzó, de nuevo, su versión ‘Extra’. En su ubicación habitual, el auditorio al aire libre en el Parque Tierno Galván, realizarán una
La Bien Querida (abajo) y Zahara (derecha), muy reclamadas por los festivales
Los festivales son clave para que las bandas jóvenes se den a conocer. ¿Causará su ausencia una herida profunda en su futuro? «Sí, para muchos esta era su única fuente de ingresos. Y, a nivel ya no económico, muchos proyectos como el nuestro tenían giras preparadas que desaparecieron y probablemente no vayamos a hacer nunca», explica el grupo Marcos y Molduras. Por su parte, la serie de conciertos en días sueltos desde el 21 al 30 de mayo, con Triángulo de Amor Bizarro, La Bien Querida o Novedades Carminha, entre otros artistas. Siendo un festival concebido originalmente para 8.000 personas por día, este formato les permite «distribuir ese público en más jornadas y tener mucho más control sobre los conciertos un poco como los que estábamos acostumbrados a hacer en salas grandes», explican José Gallardo y Willy banda Cuchillas cree que esto «afecta especialmente a la visibilidad. Las bandas más pequeñas carecen de oportunidades para tocar, algo que se traduce en la imposibilidad de llegar a un público más numeroso». Los Estanques opinan que «los festivales siempre han sido un escaparate para las bandas emergentes, eso se va a notar, pero nosotros seguimos trabajando para que esto no pare».
García, codirectores. Así, han dividido el recinto en dos partes simétricas para 1.000 personas con accesos y servicios propios según la normativa vigente. ¿Qué echan en falta por parte de la Administración? «No están actuando al ritmo que ha marcado la evolución y efectos de la pandemia, aunque se vislumbran algunas luces. Los promotores privados estamos tirando de épica y lo que pedimos es que nos dejen trabajar porque ya hemos demostrado que podemos hacerlo muy bien, muy seguro y podemos mantener el tejido cultural activo».
Precisamente, este tipo de formato al aire libre y en días alternos a lo largo de junio y julio es lo que oferta Mallorca Live Summer, con conciertos de Amaral, Raphael, Aitana o Zahara, entre otros. El año pasado, nos cuenta su director, Álvaro Martínez, demostraron que la experiencia fue «completamente segura» y «hasta nos felicitaron en todas las inspecciones de sanidad y seguridad y no hubo ni un solo contagio entre las 14.000 personas que pasaron por nuestro recinto». Su caso, los distintos conciertos piloto y estudios en España y el resto del mundo, que demuestran que la cultura es segura al aire libre, le hacen confiar en que «se permita aumentar el aforo y tener algo más de flexibilidad con el horario».
A pequeña escala
Por último, también hay festivales a la antigua usanza, aunque sean a pequeña escala. Es el caso del Cranc Festival en Mahón, que celebrará su quinta edición los próximos 2, 3 y 4 de septiembre (es cierto que en estas fechas la pandemia debería estar más controlada por la vacunación). «Ahora es impensable un festival masificado. Nosotros vamos a concentrarlo en tres días, lo previsto es un formato sentado con mesas y con el aforo permitido con distancias de seguridad entre el público. Quién sabe si a lo mejor en septiembre puede haber alguna zona de pie», cuenta Dani Herbera, director del festival, que reconoce que la pasada edición fue muy estresante porque durante los meses previos no había nada claro, ni protocolos. En 2020 llevaron a la paradisiaca isla a Manel o Maika Makovski; veremos a quién anuncian el próximo 28 de abril. Pero lo que sí tienen claro es que trabajan bajo el paraguas restrictivo de «lo que se puede hacer ahora mismo, ya que todo lo demás es especular».
Información elaborada por David Morán, Nacho Serrano y Javier Villuendas