La venta de la planta de San Cibrao a la SEPI, estancada a 10 días de que expire el plazo
Los trabajadores de Alcoa en San Cibrao llevan ya casi un año de incertidumbre. El 28 de mayo de 2020, la multinacional estadounidense abría un periodo informal de consultas para activar un ERE que dejaría sin empleo a 534 operarios de la última factoría de aluminio primario que queda en España. Desde entonces se han ido acostumbrando a sumar plazos en el calendario para tratar de mantener el futuro de la planta. Primero intentaron frenar los despidos negociando con Alcoa. No pudo ser. Después esperaron a que acabasen las conversaciones para la venta al grupo inglés Liberty House. El acuerdo se frustró. Ahora cuentan los días hasta el 30 de abril. En esa fecha expira el plazo que se han dado la multinacional y el Ministerio de Industria para que la factoría pase temporalmente a manos públicas. Pero a diez jornadas no se vislumbran avances.
Las reuniones entre Alcoa y el Gobierno central se mantienen de «manera discreta y razonable», explican fuentes de la multinacional del aluminio. El traspaso de la planta a la Sociedad de Participaciones Industriales (SEPI) comenzó a fraguarse el 22 de enero. En esa fecha los trabajadores decidieron poner fin a tres meses de huelga a cambio de que comenzasen las conversaciones. Alcoa aceptó, forzada en cierto modo por la Justicia que un mes antes había declarado nulo el
ERE previsto en San Cibrao y la había acusado de «mala fe». Desde entonces no han trascendido grandes avances. El pasado 4 de febrero, Alcoa remitía al Ministerio su propuesta con las condiciones generales (term sheet) para traspasar la factoría a la SEPI. «Al día de hoy estamos esperando recibir una respuesta», explicaba recientemente el presidente de Alcoa España, Álvaro Dorado, en una carta a la plantilla.
Sobre el proceso de venta han aparecido algunos nubarrones. La idea del Gobierno es comprar la planta a Alcoa para después venderla a Liberty House. Pero la quiebra de Greensill, el principal financiador del grupo de aluminio británico, ha sembrado dudas sobre la solvencia de la multinacional de Sanjeev Gupta.
Otro de los puntos que parecen estar complicando la transacción son las condiciones exigidas por Alcoa. Como ya habían ofrecido cuando negociaban directamente con Liberty, los estadounidenses están dispuestos a cerrar la operación a cambio de un euro. Además de este precio simbólico, se comprometen a poner dinero encima de la mesa para las inversiones necesarias en el futuro. Pero en el term sheet Alcoa deja claro ahora a través de una cláusula de responsabilidad que tendrá inmunidad si hay problemas en el futuro. «Es completamente habitual en este tipo de operaciones acordar limitaciones de responsabilidades al vendedor», subrayó Álvaro Dorado a los