Rechazo frontal de los gobiernos
▶ Los grandes países europeos, con Francia y Reino Unido a la cabeza, rechazan la ‘liga de los ricos’
El deporte, y más el fútbol, forma parte de la vida de los ciudadanos mucho más allá de los domingos de partido. Por eso, la nueva Superliga ha suscitado debate en todas las esferas de la sociedad, incluida, y con fuerza, en las áreas políticas. Los líderes de diferentes países europeos han alzado la voz, y bien alta, para oponerse a esta nueva competición.
Entre los primeros en pronunciarse, Emmanuel Macron, con un contundente mensaje de rechazo al incidir en que es una «amenaza al principio de solidaridad y el mérito deportivo». El dirigente francés defendió a los organismos europeos y a la federación de fútbol de su país para «proteger la integridad de las competiciones federativas nacionales y europeas». Y agradeció la postura de uno de los máximos representantes del fútbol francés en el mundo, el París Saint-Germain,
Boris Johnson, primer ministro británico que ha rechazado ser parte del núcleo fundacional, aunque, por peso, no sería descartable que fuera de los primeros invitados de esta competición.
Igual de duro se muestra Reino Unido. «Los planes para una Superliga europea serían muy perjudiciales para el fútbol. Es una medida que golpeará a la competición doméstica», subrayó
Boris Johnson. En el Parlamento, el ministro de Cultura, Oliver Dowden, apeló a las raíces del fútbol, arraigadas en suelo inglés: «El fútbol forma parte del ADN británico. Se inventó en Reino Unido y se exportó alrededor del mundo, lleva más de un siglo en el corazón de la vida británica. Los clubes de fútbol no son solo negocios, sino que definen sus propias comunidades. Me horrorizó enterarme de que un reducido grupo de clubes quieren formar una liga separatista europea. No consultaron con las autoridades del fútbol o el gobierno. Peor aún, tampoco con los aficionados».
Valores del fútbol
«Va en contra al espíritu propio del fútbol. Es un deporte donde un equipo como el Leicester pasó de Tercera división a ser campeón de la Premier League en diez años para enfrentarse a los grandes clubes en la Champions League. En su lugar, un puñado de dueños quieren crear un sistema cerrado, una liga basada en riqueza y reconocimiento de marca, en lugar de méritos deportivos», zanjó.
A los valores se refirió también Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión Europea, al señalar: «Debemos defender el modelo europeo de deporte basado en la diversidad y la inclusión. No se puede reservar para unos pocos clubes ricos y poderosos. Universalidad, inclusión y diversidad son los elementos claves del deporte en Europa y de la vida europea». «¿Una Superliga para ricos? Lo mejor del deporte es dar oportunidades en lugar de quitarlas. Sin esto, no tendríamos las maravillosas historias del Ajax, Leicester o Atalanta y más que están por llegar», indicó a su vez Enrico Letta, ex primer ministro italiano.