Comentario a Habacuc
El director del Santuario del Libro del Museo de Israel, Adolfo D. Roitman, aplicaría la técnica de IA sobre este documento único en el mundo que en el mundo antiguo existían esas escuelas de escribas, pero no sabemos mucho sobre la sociología de esos grupos», explica. Con esta nueva tecnología, se podrán agrupar por estilos y ver si existe, por ejemplo, una correlación entre la forma de escribir de los escribas y los contenidos de los textos. Si hubo manos que solo copiaron textos bíblicos o bien si hubo escribas que además de manuscritos bíblicos también reprodujeron textos apócrifos o sectarios de Qumrán. «¿Había escribas que servían solamente para un tipo de manuscritos o para distintos tipos de textos?», se pregunta.
El director del Santuario del Libro sugiere emplear en un futuro las técnicas aplicadas por Popovic al Comentario a Habacuc, «un documento único en el mundo» que mide 1,5 metros y, como el Gran Rollo de Isaías, «está prácticamente completo». Datado en la primera mitad del siglo I de nuestra era, los paleógrafos distinguen en él dos manos: una que copia gran parte del documento y otra que comienza a escribir en la mitad de una línea –algo que llama la atención– y después escribe la última columna. «Ese es el fenómeno que tenemos. En este caso –subraya Roitman– se ve que son dos manos diferentes. La pregunta es si esas manos solo escribieron ahí o en otros textos y si se pueden ver testimonios de otros escribas en el manuscrito».
El ADN de los pergaminos
El empleo de nuevas tecnologías está permitiendo notables avances en el estudio de los Manuscritos del Mar Muerto. Hace solo unos meses, Noam Mizrahi, actualmente profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, trabajó junto con investigadores de la Universidad de Upsala, en Suecia, sobre el ADN de algunos pergaminos. Así, pudieron probar que en uno de los textos reconstruidos por los investigadores como en un puzle, un manuscrito del libro bíblico de Jeremías, había un fragmento que no formaba parte del documento original. De hecho, encontraron material genético de oveja y de vaca. Las conclusiones a las que se había llegado sobre ese texto debían ser revisadas.
Con esta misma técnica se estudió la única copia de los Cánticos del Sacrificio Sabático encontrada fuera de las cuevas de Qumrán, en el palacio de Herodes el Grande en Massada. En su momento, se pensó que alguno de los que vivían en la comunidad del Mar Muerto había llevado un ejemplar de este documento al último bastión de los rebeldes contra los romanos, lo que significaba que algunos miembros de este movimiento habían participado de la revuelta. El estudio genético reveló, sin embargo, que la copia de Massada era diferente a las otras nueve halladas en Qumrán. Las conclusiones históricas se derrumbaron, pero ahora los expertos tienen la prueba de que «el documento era conocido en otros lugares y no solamente en la comunidad del Mar Muerto», explica Roitman.
«Las nuevas tecnologías permiten
nuevas perspectivas para estos manuscritos. En unos casos iluminan y en otros vienen a contrastar conclusiones anteriores que habían sacado los investigadores y a mostrar con certeza si tenían razón o no», añade.
Fotografía multiespectral
En los laboratorios de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) se han fotografiado buena parte de los miles de fragmentos que allí se conservan utilizando una tecnología multiespectral y han salido a la luz letras o restos de letras hasta ahora ignoradas. El conservador de los Rollos del Mar Muerto resalta que «no es menos importante este descubrimiento porque es como si hubiéramos encontrado un nuevo texto, un nuevo manuscrito». Ahora los investigadores pueden ver que bajo un texto existía otro, pueden completar una palabra o corregir otras que habían sido reconstruidas erróneamente en el pasado. El estudio de Popovic forma parte de una corriente de investigación interdisciplinaria que va tomando cada vez más fuerza. «Estudiosos de los Rollos del Mar Muerto, teólogos, arqueólogos, historiadores, etc. tienen hoy que trabajar con expertos en fotografía, en estudios genéticos o, como en este caso, en inteligencia artificial y algoritmos, que están alejados de nuestros campos de especialidad. Al trabajar desde distintas disciplinas iluminamos de una nueva manera estos documentos antiguos», resalta Roitman. El director del Santuario del Libro hablará sobre esto y sobre el último hallazgo arqueológico en la Cueva del Horror en una conferencia que impartirá en la Biblioteca Nacional de España en mayo.
Nuevas perspectivas Las tecnologías modernas están iluminando estos antiguos documentos