De Cos se alinea con Bruselas y exige reformas estructurales ya
En plena batalla del Gobierno de Pedro Sánchez por las reformas que pide la Comisión Europea para avalar el Plan de Recuperación y dar vía libre a los fondos comunitarios, el Banco de España urgió ayer al Ejecutivo a acometer «la ejecución de un programa de reformas estructurales ambicioso que mejore el crecimiento potencial de la economía». Unas palabras que forman parte del último informe de estabilidad financiera, en lo que supone un toque más al Gobierno Sánchez para que España articule por fin las decisiones que ha de tomar en materia laboral, fiscal y de pensiones, los tres puntos de fricción con la UE.
De cara más a futuro, el supervisor exige también «el diseño de un plan de consolidación fiscal para su ejecución gradual cuando la recuperación sea sólida», y pide que dicho plan se empiece a trabajar «sin más demora» y sea «creíble y suficiente» para encarrilar las finanzas públicas. Relacionado con ello, la institución dirigida por Pablo Hernández de Cos insiste una vez más en que la política económica ha de «mantener un tono suficientemente expansivo» hasta que el rebote del país esté consolidado. «Para evitar un agravamiento de las vulnerabilidades que afectan a la estabilidad financiera, parece fundamental que la política económica se adapte adecuadamente a la evolución de la situación sanitaria y económica, y a la desigual persistencia de los daños al tejido productivo en los distintos sectores y grupos poblacionales», añade.
El Banco de España destaca que una retirada temprana de los apoyos públicos podría «agravar las vulnerabilidades de la economía y los riesgos para la estabilidad financiera». Dichos riesgos y vulnerabilidades son una persistencia mayor de la pandemia que ahonde en la crisis, perturbaciones en la oferta de crédito, la débil situación financiera de ciertos hogares y empresas golpeadas por la crisis y la delicada situación de las Administraciones Públicas (déficit y deuda), entre otros.
Sobre las ayudas directas aprobadas en marzo, así como el resto de apoyos, la institución reclama «flexibilidad» para adaptarlas a la evolución de la crisis, así como una rápida ejecución de las mismas y una aplicación homogénea y adecuada a empresas viables que tengan problemas.