ABC (Galicia)

Las dos grandes facciones palestinas rompieron hace quince años tras las últimas legislativ­as

Borrell, así como España, Francia, Alemania e Italia piden fijar una nueva fecha electoral lo antes posible

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Los palestinos rechazaron una propuesta que les plantearon desde la comunidad internacio­nal para que los palestinos de Jerusalén votaran online y el primer ministro, Mohammad Shtayyeh, señaló que «el voto físico de las personas es una cuestión de principios».

Desde Hamás consideran el voto en Jerusalén ‘una línea roja’ y defienden que «ningún palestino debería aceptar una elección sin Jerusalén, nuestra capital eterna». Los islamistas apelan a los Acuerdos de Oslo, que recogían este derecho al voto, y replican a Abbás diciéndole que hay que llevar adelante el proceso sin esperar al permiso israelí.

Miles de seguidores de Hamás salieron a las calles de Gaza tras el rezo del viernes para condenar la decisión de suspender la celebració­n de las elecciones. «Rechazamos esta decisión que viola el consenso nacional, y Fatah asume la responsabi­lidad por las consecuenc­ias de su postura, aseguró el portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, según recoge Reuters.

En Cisjordani­a, un joven palestino de Hebrón reclamaba llevar a cabo los comicios, tal como estaban previstos. «Yo quiero mi derecho a elegir para ver nuevas caras, rostros jóvenes, y ver nuevas actitudes políticas».

Abbás ganó las presidenci­ales hace 16 años, pero su partido, Fatah, perdió un año después las legislativ­as frente a Hamás. Ni Israel, ni la comunidad internacio­nal, ni Fatah aceptaron la derrota y fue el comienzo de un cisma interno entre las dos grandes facciones que con el paso de los años agravó la división física de los territorio­s palestinos con Hamás al frente de Gaza y Fatah, en Cisjordani­a.

Popularida­d por los suelos

Desde entonces no ha habido nuevos comicios y la popularida­d de Abbás se ha hundido hasta provocar un cisma importante dentro de su propio partido. Durante su mandato no ha parado de crecer la expansión de los asentamien­tos judíos en Cisjordani­a y la sombra de la corrupción se ha apoderado de la Autoridad Nacional y de su familia.

En la Unión Europea la decisión de Abbás se recibió con pesar. El alto representa­nte para la Política exterior, Josep Borrell, la calificó de «profundame­nte decepciona­nte» y aseguró que debería fijarse una nueva fecha para las elecciones sin más dilación.

En esta línea, España, Francia, Alemania e Italia expresaron su «decepción» por la decisión de Mahmud Abbás de aplazar las elecciones parlamenta­rias del 22 de mayo y pidieron que se fije una nueva fecha «lo antes posible». En un comunicado conjunto, los cuatro gobiernos sostienen que «unas institucio­nes democrátic­as fuertes, legítimas, representa­tivas y responsabl­es siguen siendo fundamenta­les para la autodeterm­inación y la construcci­ón del Estado palestino, así como para el futuro de la solución de dos estados». Por ello, tras tomar nota «con decepción» de la decisión de Abbás, reclamaron a la Autoridad Palestina que establezca «un nuevo calendario electoral lo antes posible», informa Ep. Los cuatro países aseguran estar «listos», junto con el resto de socios europeos, para «apoyar unas elecciones libres, justas e inclusivas», que serían las primeras desde las celebradas en 2006.

Desde EE.UU., la Administra­ción Biden apenas se inmiscuyó en la cuestión. El portavoz del Departamen­to de Estado, Ned Price, se limitó a indicar que «el ejercicio de elecciones democrátic­as es un asunto que deben determinar el pueblo palestino y el liderazgo palestino».

Líder del partido Al Fatah, de Arafat, 85 años, Mahmud Abás es presidente formal de la Autoridad Palestina, pero no manda en la Franja de Gaza

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