ABC (Galicia)

España inocula más de medio millón de dosis en un día por primera vez

- ISABEL MIRANDA MADRID

El enfado que hay en la farmacia de María Teresa, ubicada en la calle de Arturo Soria de Madrid, es mayúsculo. «Retrasar o suspender la vacunación con AstraZenec­a a personas que ya tienen puesta una dosis no tiene sentido», se queja. No es la única que piensa así. Policías, guardias civiles, profesores o psicólogos no entienden el último bandazo sobre el preparado anglosueco, que les deja de nuevo en el limbo. Pese a que la semana que viene comienza el plazo prescrito para recibir su segunda dosis, aún deberán esperar un mes para saber qué vacuna recibirán. La sensación es de incertidum­bre. «No sabes si cuando pongan la segunda dosis va a servir para reforzar la vacuna, o si empiezas desde cero», resume la farmacéuti­ca.

Ayer la Comisión de Salud Pública decidió retrasar, de las 12 semanas pautadas a 16, el intervalo entre la primera y la segunda dosis de AstraZenec­a para las personas menores de 60 años con un primer pinchazo. Son más de un millón y medio de afectados, la mayoría trabajador­es esenciales. Una decisión que contradice la ficha técnica del fármaco y también las indicacion­es de la Agencia Europea del Medicament­o (EMA, por sus siglas en inglés).

No por nada, la decisión adoptada ayer se tomó con una gran división entre las comunidade­s y Sanidad, con votos en contra como los de Madrid, Murcia, Cataluña y Galicia y diez a favor. «Esto solo retrasará más la inmunizaci­ón completa de las personas que ya se vacunaron con la primera dosis», lamentaban ayer fuentes de la consejería murciana.

El objetivo del Ministerio es «disponer de más informació­n para poder tomar una decisión que garantice la seguridad de la vacunación». El departamen­to que dirige Carolina Darias quiere contar con más datos de farmacovig­ilancia y, sobre todo, con los resultados de ‘CombiVacs’, el estudio puesto en marcha por el Instituto de Salud Carlos III y que hace apenas dos días logró terminar el reclutamie­nto de voluntario­s. Se trata de comprobar los efectos de completar la pauta con Pfizer, y no con AstraZenec­a, en un intento por evitar los raros eventos trombótico­s vinculados a la segunda. «Es un ensayo que incluye a 600 pacientes. Los ensayos pivotales de las vacunas han incluido a miles», confrontó el viceconsej­ero de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero. «No tiene sentido científico», dijo.

División

A nivel científico también hay debate. La Federación de las Asociacion­es Científico-Médicas Españolas (Facme) apoyó el aplazamien­to. Pero ayer otras 17 sociedades españolas –entre ellas la de los médicos de Atención Primaria (Semergen) o la de intensivis­tas (Semicyuc)–, pidieron que la segunda dosis

El ritmo de vacunación en España se acelera. Ayer las comunidade­s autónomas inocularon por primera vez desde que comenzó la campaña más de medio millón de dosis contra el Covid-19 en un solo día. En concreto, fueron 504.823. De esta forma, se batieron las marcas máximas dos días consecutiv­os, ya que el día anterior fueron otros 480.000 pinchazos, lo que

Un hombre de entre 60 y 69 años, es vacunado con AstraZenec­a en la Fira de Barcelona de AstraZenec­a sea voluntaria para ese millón y medio de personas en el limbo. Para quienes prefieran no recibir el segundo pinchazo, piden esperar a tener evidencias científica­s sobre la combinació­n de vacunas.

«No existen en este momento resultados, datos o evidencias que nos permitan administra­r una segunda dosis de Pfizer, Moderna o Janssen a aquellas también supuso un hito. En total, se ha administra­do al menos un pinchazo a 11.763.360 personas, el 24,8 % de la población, mientras que las que están completame­nte inmunizada­s son 4.689.766 personas, el 9,9% de la población. Los datos indican que se han entregado a las autonomías 11.956.425 de dosis de Pfizer, 1.561.200 de Moderna, 3.820.200 de AstraZenec­a y 272.400 de Janssen. personas que recibieron la primera dosis de AstraZenec­a», aseguraron en un comunicado. Y aunque teóricamen­te será plausible esta estrategia, «no sería ético ni científico realizarla en este momento, sin haberla testado convenient­emente», opinan.

La estrategia de combinar vacunas tampoco convence al público afectado. «Yo no me pondría una segunda dosis con Pfizer. Lo de mezclar vacunas no lo entiendo», asegura Carmen García, psicóloga de 40 años. A ella le tocaría la segunda dosis de AstraZenec­a el próximo 21 de mayo, pero asegura que o se pone la misma vacuna, o no se pone ninguna.

«Un despropósi­to»

La incertidum­bre se está disparando entre los colectivos afectados. «Poner la vacuna no es como los yogures, que la fecha de consumició­n es preferente», resume el portavoz del Sindicato Profesiona­l de Policía (SPP), Adolfo Medina, que considera «absolutame­nte necesario conocer qué informes científico­s avalan la decisión de posponer la inoculació­n de la segunda dosis». Ya mezclar vacunas parece «un despropósi­to».

Por eso, la petición al Ministerio de Sanidad es que se vacune a todas aquellos policías a los que ya se inoculó la primera dosis. «O, en el peor de los

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