Feijóo pide ante Calviño «no politizar» los fondos ni darles sesgo territorial
▶Traslada a la vicepresidenta segunda los proyectos de la Xunta e insiste en que se respeten los criterios objetivos ▶Pone sobre la mesa la posible pérdida de 18.000 empleos por decisiones del Gobierno y la falta de apoyo al Xacobeo
No pierde ocasión Alberto Núñez Feijóo de lanzar mensajes al Gobierno para que la distribución de los fondos Next Generation se convierta en la excepción a la norma. Porque, hasta ahora, Galicia ha sido mal parada de todos los repartos de ayudas para afrontar la pandemia de coronavirus. El último ejemplo, las destinadas a los sectores económicos más castigados por las restricciones impuestas ante el virus, con un desfase de más de 100 millones de euros —estima la Xunta— al recibir un 4% de estas partidas y albergar al 7% de los autónomos. Ni siquiera las vacunas, en las primeras semanas de campaña, se libraron de un desequilibrio entre la población diana y la asignación de dosis.
Como, en palabras que han salido en alguna ocasión de labios de Feijóo, «llueve sobre mojado», ayer el presidente de la Xunta aprovechó su reunión con la vicepresidenta segunda del Gobierno, Nadia Calviño, en la sede del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, para advertir de que «no conviene politizar lo que no es politizable», sino «objetivar proyectos, porque el dinero que va a venir es limitado». Deben regir «los principios de competitividad, de solvencia y de inversión privada», remarcó en declaraciones a los medios tras la reunión. Porque han de aprobarse, defendió, «los mejores proyectos y que se financien» estos «con independencia del territorio que los propone y de determinados intereses políticos». Y Feijóo aseguró que Calviño es consciente de todo esto, porque «sabe perfectamente que estas cosas son muy complejas».
«Es una persona que conoce la gestión y que sabe que la política no consiste en soflamas ni en titulares vacíos. Sabe perfectamente que la reconstrucción económica del país pasa por proyectos sólidos, sometidos a concurrencia y a una competencia sana», incidió en su discurso el mandatario autonómico, haciendo alusión a su interlocución con Calviño. Un recurso para encadenar una serie de mensajes cargados de intención. «No hay más interés político que recuperar empleo y no debe haber más criterio en la selección de fondos que el criterio de fondos sólidamente construidos, que traigan financiación privada y supongan creación de empleo y con vocación de permanencia». Lo que subyace es el temor a que La Moncloa decida hacer justamente lo contrario.
Dos gallegos
Feijóo dedicó una parte sustancial de un encuentro entre «dos gallegos» —también estuvo presente el vicepresidente segundo de la
Xunta y responsable económico, Francisco Conde—, a exponerle a Calviño el pack de proyectos con los que aspira Galicia a una parte de la tarta de fondos europeos. En la defensa de un proyecto que defiende que se ha armado «desde la profesionalidad y el rigor», la defensa de lo propio se trufó de advertencias frente a un posible menoscabo de las opciones gallegas. «No se trata de construir un sector público haciendo fibras textiles o piezas de automóvil o invirtiendo en el coche conectado o autónomo», reivindicó, sino que hay empresas tras los proyectos, como los que defiende la Xunta, «que quieren invertir» y aprovechar la inyección de los fondos europeos. Esto, en definitiva, es lo que ha de tener en cuenta el Gobierno.
La reunión, «fructífera» según Feijóo, que se marchó de vuelta a Santiago «satisfecho» —a la espera de poder concretar en próximas semanas o meses, dijo, lo hablado—, la aprovechó también, como había avanzado la víspera tras el Consello, para hacerle ver a Calviño el «riesgo» de destrucción de 16.000 empleos por «decisiones» del Gobierno, en sectores como el energético, el aluminio o el forestal, que «no compartimos». Una merma para la Comunidad que ya puso previamente sobre la mesa cuando se vio con otra vicepresidenta, Teresa Ribera, y en la que insistió ayer con un capítulo especial: el de la comarca de Ferrol.
Como también adelantó el jueves, le planteó a Calviño la necesidad de fraguar un pacto de Estado a tres bandas (Gobierno, Xunta, ayuntamientos) para reflotar una de esas zonas «especialmente castigadas» por los designios de La Moncloa, con nombres propios como As Pontes, Navantia y Siemens Gamesa. De paso, no dejó de referirse el presidente de la Xunta al Xacobeo y la falta de aportación por parte del Gobierno.
De todo ello opinó Feijóo que se hizo una «radiografía adecuada» con una interlocutora que, paisanaje a un lado, ya conoce de primera mano los proyectos y problemas de su tierra.
«Conoce la gestión, sabe que la política no consiste en soflamas ni en titulares vacíos»