No quiero ser cobaya
Soy un hombre de 49 años, trabajador esencial en la comunidad autónoma de Aragón y el pasado 15 de febrero me vacunaron con AstraZeneca. La segunda dosis estaba prevista para el próximo 10 de mayo, es decir, a las doce semanas, pero la Comisión de Salud Pública, en su última reunión, acordó ampliar de doce a dieciséis semanas su administración.
Este retraso se debe a que es necesario esperar a los resultados del ensayo clínico puesto en marcha para comprobar la eficacia de poner la segunda dosis con la vacuna de Pfizer (en lugar de AstraZeneca). Para ello ya se ha inyectado la vacuna a cuatrocientos voluntarios justo cuando se cumplían doce semanas desde que fueron vacunados con AstraZeneca.
Pero, ¿acaso van a hacer otro ensayo clínico para conocer la eficacia de poner Pfizer a las dieciséis semanas? El ensayo actual que se está realizando no tendrá ninguna validez porque su resultado medirá la eficacia de administrar Pfizer en la semana doce y no en la semana dieciséis, que es lo que el Gobierno ha decidido ahora.
Sra. ministra de Sanidad, no quiero ser una cobaya. Quiero que me vacunen en base a criterios científicos y no a criterios políticos. Si la ficha técnica de AstraZeneca, la Agencia Europea del Medicamento y la OMS dicen que es una vacuna segura y eficaz en todas las franjas de edad, ¿por qué tiene que decidir un órgano político cómo y a quiénes se les administra una vacuna? Por favor, hagamos caso a la ciencia, que son los que entienden de vacunas.